El
PSOE ha sufrido una derrota histórica
Este
domingo pagó la factura, sumándose a ese grupo de gobernantes
europeos fulminados por la crisis. El PSOE tuvo el castigo merecido:
una derrota histórica que les sitúa en la tesitura de tener que
“refundarse”. Han perdido 4,3 millones de votos, el 40% de los
que obtuvieron en 2008, sacando el peor resultado desde la
Transición. Al PP cada escaño le ha salido por 58.230 votos, al
PSOE por 63.399 y a IU por 152.801. Esto no tiene nada que ver con un
sistema democrático de verdad y es un escándalo. Si se hubiera
aplicado el principio democrático deuna
persona un voto
la
composición del Parlamento sería muy diferente, comenzando por el
PP, que no tendría ni de lejos mayoría absoluta, el hundimiento del
PSOE sería aún mayor y otras fuerzas políticas subirían
sustancialmente de escaños u obtendrían representación.
El
estado español, es un estado plurinacional, y toda institución
política que no refleje ese carácter, está viciada y no es
representativa de lo que debe ser un proyecto verdaderamente
democrático para tal estado. Si esa institución es además el
Congreso de los Diputados, lugar desde el cual se han de aprobar las
principales leyes que nos afectan al conjunto de los ciudadanos,
explico esto a cuenta de las reacciones que se han sucedido desde el
pasado domingo en relación a la reforma de la Ley electoral. Con la
sana intención de acabar con las injusticias que a través de ella
se dan con cada convocatoria electoral, una ola de centralismo
reaccionario españolista. Hasta donde yo tengo recuerdo, el
centralismo ha sido el proyecto histórico de la derecha españolista
más reaccionaria, aquella misma que hablaba de España como una
“unidad de destino en lo Universal”, o que durante la época de
la mal llamada transición repetían una y otra vez aquello de la
“España una, y no cincuenta y una”.
Las
políticas
de austeridad de gasto público, incluyendo el social, con
debilitamiento de la protección social, no sólo son innecesarias,
sino que son contraproducentes, llevando al país a la Gran Recesión.
Prueba de ello es que todos los grandes recortes de derechos sociales
y laborales que han ido aprobándose en las Cortes españolas (y que
se defendieron con el argumento de que eran necesarios para calmar a
los mercados financieros), han sido inútiles, para recuperar la
confianza de tales mercados y evitar el deterioro de la economía.
Ahora nos encontramos con dos problemas, uno cambiar el sitema de
votaciones por otro proporcional y aunque haya ganado el PP las
elecciones, la crisis financiera continua, el Estado Español se
encuentra en el ojo del huracan.
José
María Domínguez
No hay comentarios:
Publicar un comentario