Los
análisis más serios y científicos efectuados tras las últimas elecciones, nos
enseñan que las políticas aplicadas han representado un fracaso estrepitoso de
la socialdemocracia, cuyo modelo está agotado al querer defender, “cueste lo
que cueste y me cueste lo que me cueste”, una política de salvamento de la
banca y del sistema capitalista, como único posible, claudicando ante las
presiones de los sectores financieros, asumiendo la hoja de ruta de la
dictadura de los mercados, que no tiene parangón en la historia moderna del
PSOE con la caída de representación parlamentaria hasta los escasos 110
Parlamentarios conseguidos. El
no haber previsto la crisis, asumirla tarde y mal, para al final, sucumbir ante
las presiones del sector financiero son las causas fundamentales de la derrota.
El PP ha logrado la mayoría absoluta incrementando el margen que había
cosechado en las elecciones del 2000 en cuanto a escaños, pero el aumento del
número de votantes es poco apreciable, lo que indica que no es que ellos hayan
“ganado”, sino que el PSOE “ha perdido”. Esa
bancarrota de la política socialdemócrata en el Estado español, (y en el resto
de Europa) que ha cedido en todos los aspectos positivos y decisivos a las
exigencias de los grandes capitalistas, aplicando medidas que contradicen las
resoluciones del último Congreso, haciendo seguidismo de la política dictada
por los banqueros, ha contribuido a estos demoledores resultados, con la
pérdida de 59 diputados y cerca de 4,5 millones de votos ciudadanos de rechazo,
que junto con el desprecio de más de 10 millones de abstencionistas, votos
nulos y en blanco, a todos los partidos que han concurrido a las elecciones,
expresan un malestar de la ciudadanía que esperaban un giro a la izquierda con
soluciones a la problemática social que ha ido creciendo y se han visto
frustrados por una u otra causa.
La
actual crisis económica la ha exacerbado en grado extremo. Las fuerzas
productivas creadas, tanto por la mano del obrero como por su inteligencia,
están ahora prisioneras del estrecho marco de la propiedad privada y el
mezquino afán del lucro privado. La enorme desigualdad del reparto de la
riqueza explica que la misión histórica de los capitalistas está totalmente
agotada, y la existencia del capitalismo como modelo es ya un auténtico
obstáculo para el progreso social. La verdadera causa del caos económico, y la
dictadura del sistema financiero, se explican por las dos grandes contradicciones
en las que se encuentra atrapado el sistema: la propiedad privada de los
grandes medios de producción, y las fronteras nacionales. Y en este congreso celebrado en Sevilla se ha
desarrollado más de lo mismo, confió y pongo mi esperanza que los militantes
del PSOE se rebelen contra esa toma absurda del poder dentro del partido, donde
los perdedores son elevados a la cumbre. Están ciegos están nadando contra
corriente, el pueblo español no quiere esa realidad que nos quieren imponer.
José
María Domínguez
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