La tarde noche del día 8
de marzo en Vinaros, Las cruces en la
playa me han puesto la "piel de gallina" Por todas estas mujeres
asesinadas no puede haber ni olvido, ni perdón. Ningún ser humano puede ser
propiedad de otro. Mujeres y hombres somos iguales.
Al
igual que a mí me sostiene una columna, yo procuro ser la columna que sustenta
los intereses, actividades, obligaciones de mi compañera, ya que de no ser así
sería una situación completamente injusta que haría que todo lo que yo
consiguiera no tuviera valor, ya que una pareja es cosa de dos, y la idea de que
somos medias naranjas en busca de la otra mitad es completamente falsa. Somos
personas completas desde que nacemos con nuestras virtudes y nuestros defectos
y nuestra pareja debe conocerlos y comprenderlos y ponernos las pilas cuando es
necesario y viceversa, si no es así, en mi opinión, la pareja es incompleta,
serían dos personas donde una está subordinada a la otra, algo impropio de los
tiempos que corren.
El
patriarcado, aun siendo anterior al sistema capitalista, con unas raíces muy
profundas en la cultura y tradición de las clases populares, ha entrelazado su
existencia a las condiciones materiales que el desarrollo del capitalismo ha
creado para ampliar la dominación y beneficios de la burguesía. Por eso es
imposible alcanzar la igualdad de sexos y acabar con la construcción de género
sin derrotar al sistema que sostiene la existencia del patriarcado. Por eso
buscar la igualdad en el marco de la sociedad de clases existente, sin atacar
la base económica ni señalar las diferencias de objetivos entre las mujeres de
diferentes clases sociales, impedirá lograr una igualdad real
También
creo necesario señalar las limitaciones que conlleva la idea del enfoque de una
parte del movimiento feminista de una huelga sólo de mujeres en la que el
conjunto de la clase trabajadora no es parte activa ni se implica en la
construcción de la misma, en las tomas de decisiones. Pienso que firmemente que la lucha contra la opresión de
las mujeres debe ser una lucha que asuma el conjunto de la clase trabajadora
así como sus organizaciones. Esta orientación parte de la premisa de que la
opresión patriarcal es independiente a la dinámica de la lucha de clases, y que
actúa de forma independiente al sistema capitalista. Esto significa obviar los
intereses económicos que existieron, y existen, detrás de la mayor explotación
de la mujer trabajadora por parte de los capitalistas, así como plantear que
las mujeres son una masa homogénea sin intereses antagónicos entre la mujer
trabajadora. Es por eso que
desde la autocrítica y la asunción de lo que somos y de dónde venimos, hace
falta que luchemos contra nosotros mismos. Sólo así nos podremos poner junto a
nuestras compañeras en la lucha contra nuestra dominación. Es de esa manera
como podremos dejar de ser “hombres” tal como hemos sido hasta ahora,
renunciando a los privilegios que el patriarcado del que formamos parte nos ha
vendido como “normalidad”.
La
lucha continúa, no solo son l@s trabajadores, sino que también afectan a todos
los pensionistas ya sea de uno o de otro sexo. Y ese movimiento que ha nacido
en las calles, ya es un grito, un clamor asumido por el conjunto de la ciudadanía.
Tocando también reivindicar a todos nuestros mayores, pues gracias a ellos
somos lo que somos.
Entre
las principales reivindicaciones del movimiento destacan la exigencia de
revalorización de las pensiones según el IPC y la recuperación del poder
adquisitivo perdido, denunciando la mísera subida del 0’25 que establece la
reforma de las pensiones de Rajoy, y la exigencia de pensiones dignas con una
pensión mínima de 1080 euros. También plantean la derogación de la Ley de pensiones del PP, que están en
la base de la caída presente y futura de las pensiones públicas.
Hoy hay
que recordar cuál es, según fuentes oficiales, la situación de la mayoría de
las pensiones actuales: el 46% de los pensionistas cobra menos de 736 euros al
mes. Es decir, un total de 4,2 millones de jubilados perciben una pensión
inferior al Salario Mínimo Interprofesional, situado en 735,89 euros al mes. Si
tomamos como referencia 1000 euros son el 63,8%, 5,84 millones, casi dos
tercios, los pensionistas que no alcanzan esa cifra.
En el Estado Español, ya nada volverá ser lo
mismo ha nacido un movimiento imparable.
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