Fabra
tendrá puestos sus pies como presidente sobre un grupo en el que 12
diputados de 55 estarán imputados en casos de corrupción. Más de
uno de cada cinco. Más de un 20% de los representantes ‘populares’
en Las Corts involucrados en casos de corrupción. Si fuera
consciente de su situación como Presidente del País Valenciano, ya
estaría convocando elecciones, más que nada por alejar la sospechas
de corrupción sobre su persona.
Además
de Blasco, están imputados por ‘el caso Fitur’ -se entregó la
organización de la feria a la empresa de la Gurtel, Orange Market, a
cambio presuntamente de financiación para el partido- el entonces
vicepresidente del Govern, Vicente Rambla, y las conselleras de
Turismo Milagrosa Martinez y Angélica Suchs. Por ‘el caso
Gürtel-financiación del PP’, de nuevo Vicente Rambla, Ricardo
Costa, David Serra, y la ex tesorera Yolanda García. Y además, por
el llamado ‘caso Brugal’, concesiones de recogidas de basura,
Sonia Castedo, diputada y alcaldesa Alicante, Luis Díaz Alperi y, de
nuevo, Rafael Blasco. También estaba el exalcalde de Torrevieja,
Pedro Hernández Mateo, que tuvo que dejar su escaño, al ser
condenado…, y cuyo puesto fue ‘heredado’ por Elisa Díaz, hija
del imputado Luis Díaz Alperi, y ella misma -de tal palo…- bajo
sospecha de la Fiscalía Anticorrupción. Nombres a los que todo
indica que están a punto de sumarse la alcaldesa de Valencia, Rita
Barberá, y el expresident, Francesc Camps, por ‘el caso Nóos’.
Blasco se resiste a irse, lo que parece más que probable, para
expulsarle del Grupo hacen falta las firmas de los demás diputados…,
y muchos podrían resistirse para evitar que se haga con ellos lo
mismo, el President valenciano. Viejas pesadillas, de las que
parecíamos haber despertado tiempo ha, parecen removerse en el
inconsciente colectivo cuando observamos los manejos de los políticos
que soliviantan al pueblo con leyes que caen sobre el país
Valenciano como ladrillos en las cabezas de todos y mueven a
multitudes a tomar las calles tantas veces y en tanto número como
no hemos visto desde los tiempos de la República. Y la reacción
del gobierno Valenciano es convertir en un problema de orden público
las respuestas de la ciudadanía agobiada que reclama justicia, y
protesta a los innumerables abusos de un gobierno de desalmados. Y a
esa tentación sucumbe a diario este gobierno porque se ha quedado
solo, falto de apoyo social general y enfrentado como está a todos
los sectores de una Valencia acosada como nunca, con el único
apoyo de sus amigos los ricos y corruptos -que aquí son legión-, y
Uno se pregunta qué lleva a estas personas a elegir en las urnas a
los que ya eligieron antes y quedaron desenmascarados como mentirosos
y enemigos del pueblo.
José
María Domínguez
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