La noción de
izquierda se aproxima a la de progreso. Desde ese punto de vista bastante
genérico, caben programas que en principio no son conflictivos teórica y
políticamente, pero que estarían unidos –y efectivamente se unieron en ciertas
ocasiones en la historia– por algún proyecto común contra determinado orden
vigente. En el Chile de Allende, por ejemplo, el enemigo de Pinochet fue “la
izquierda unida de socialistas, comunistas y otros progresistas –lo que la
tradición europea (y también la chilena) conocía como ‘frente popular’. De esa
manera, quedó legitimada la unificación política entre clases
irreconciliablemente antagónicas. Los frentes populares son por excelencia los
grandes ejemplos históricos de unidad de la izquierda con un proyecto de poder
en común, en el cual se unen direcciones de fracciones de la clase trabajadora
y de la burguesía
En ese tiempo el
socialismo (antisocialista) cayó en Italia (su lugar fue ocupado por el PCI
reconvertido) y Grecia (aquí este papel lo acabó ocupando Txipras)…En España,
Francia (Hamon), Gran Bretaña (Corbyn) estos partidos se instalaron en la
crisis. La militancia recobra la capacidad perdida y opta
por líderes más a la izquierda. En Gran Bretaña la izquierda laborista,
en Francia esta iniciativa estaba ya gastada por Jospin y en España aparece
Pedro Sánchez es lo suficientemente lúcido parta saber que su única opción está
fuera del aparato central. La batalla de Inglaterra es una cita decisiva, en Francia no parece que se vaya a repetir el
singular ciclo de caída-recuperación que se ha dado desde la Gran Guerra. En
España la pregunta básica no es tanto que hará Pedro Sánchez, sino hacía donde
oscilarán esas bases que han recuperado el pulso. No parece que exista margen
para nuevas maniobras, como la que lideró el Rodríguez Zapatero de “No os
fallaré”. La pendiente social y económica camina cada vez más contra el pueblo
llano, contra la gente que recuerda el PSOE del abuelo. De un parte está esta
base cuyas características son muy diversas, pero que se encuentra
especialmente motivada. De otra la parte
del aparato que representa el propio Pedro, alguien que ha hecho una
experiencia radical en el último tramo de su biografía. A partir de aquí no
resulta para nada sencillo situar la rebelión que ha llevado a Pedro Sánchez a
ganar a una jerarquía tan sólidamente establecida como la creada por
Felipe-Guerra en el PSOE. Desde que puso los pies en el gobierno, este partido
se había convertido en una maquinaria para neutralizar la militancia que creía
en las reformas, en las mejoras graduales a favor de la mayoría trabajadora o
sea, en lo que había sido el PSOE histórico y lo que prometía ser el que salió
de Suresnes dejando de lado a los “profesionales del exilio” con Rodolfo
Llopis. Es tiempo de cambios, es hora que los socialistas sean de verdad
socialistas, no social-liberales como venía siendo hasta ahora, e hora de la
esperanza y de la lucha de clases
A lo largo de la
historia uno era lo que había sido su padre, la familia prácticamente siempre
ha venido marcando las oportunidades de las que el individuo va a disponer en
su vida. Como dato curioso, en España durante la Alta Edad Media había determinadas
situaciones en las que los hijos heredaban las condenas o responsabilidades de
sus padres, en relación con delitos graves como el de traición. De tal forma
que el castigo no solo se aplicaba al padre sino también al hijo. Volviendo al
ámbito de desarrollo, en las sociedades estamentales los hijos heredaban la
posición de sus padres y con la llegada del capitalismo, aunque en menor
medida, en parte esto ha seguido siendo así. O más bien seguía siendo así hasta
que en las sociedades occidentales, el
capitalismo se decidió dar muerte al mundo del trabajo. ¿Para qué producir aquí
cuando hay países sin ningún tipo de legislación laboral donde pagar a los
trabajadores sueldos muchos más bajos? La jugada es maestra no lo voy a negar.
La clase obrera ha desaparecido del relato colectivo, ante todo esto nos hace
falta una izquierda coherente en la calle y en el parlamento y un partido
socialista de acorde a lo que piensa el pueblo. Luchando codo con codo con sus
afines aunque tengan diferentes siglas, la lucha de clases no ha muerto está
más viva que nunca, aunque el capital nos quiera convencer de lo contrario. Esto
es una noción de izquierdas.
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