Los piojos, las
liendres y las pulgas para los privilegiados señoritos y señoritas del PP son
inherentes a los pobres, a los don nadie, a los que la diputada Andrea Fabra
gritó su vomito de odio de clase con el famoso ¡Qué se jodan! celebrando otro
nuevo atropello a sus derechos, a las millones de personas que han conducido a
la pobreza extrema en el estado español con sus salvajes medidas neoliberales,
con la vergonzosa aplicación de los criminales ajustes de entidades como el
Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Troica. Cuando personajes de la política
institucional del PP, hable de “plagas”, casi bíblicas, en un centro de
personas sin hogar, donde es normal que quienes ingresan o acuden a comer o
asearse por vivir en la calle puedan tener cualquiera de esos insectos encima,
pero omita mencionar a las cientos de miles de familias que en cualquier municipio sufren la verdadera plaga de un
gobierno español sin escrúpulos, que no respeta derechos ancestrales,
conseguidos a sangre y fuego en luchas históricas y que en pocos años han
reducido a cenizas, privatizaciones, tramas mafiosas y otras juergas… tal como
estamos viendo estos días una vez más, y ya son miles de veces, en los medios
de comunicación.
El informe económico estatal demuestra, que crecimiento económico no es
sinónimo de desarrollo social, ya que por sí solo “nunca ha evitado ni nunca
evitará la pobreza”, y ha considerado que “cuando algunos políticos dicen que
la mejor política social es el crecimiento económico no están diciendo la
verdad. “No podemos decir que estamos en una situación donde el crecimiento
económico ha llegado a las familias y, especialmente, no les ha llegado a las
más pobres. Hemos empobrecido la pobreza“, ha recalcado el secretario general
de Cáritas, Sebastián Mora. A través de 17 indicadores se ha medido la
denominada “red de seguridad” de los hogares, es decir, su capacidad para
afrontar situaciones adversas futuras. Y la encuesta -realizada en el primer
trimestre de este año a más de 1.300 hogares de las 17 comunidades autónomas-
revela que ese colchón es peor ahora para la mitad de las familias (50,1 %),
especialmente en lo que se refiere a la capacidad de ahorrar (el 60 % viven sin
tener nada ahorrado o con un nivel tan pequeño que no podrían resistir más de
uno o dos meses). Los hogares con mayor debilidad son los que tienen menores
entre sus miembros (68 %), familias monoparentales (62 %) y las familias
numerosas (81 %) y también aquellos en el que el principal sustentador es
joven, tiene estudios secundarios o es extranjero. La desconfianza en la
participación social y política es otro de los aspectos que también refleja la
encuesta y son precisamente los sectores más vulnerables los que perciben en
mayor medida que no es útil para mejorar sus condiciones de vida: para el 75 %
votar no sirve, para el 56,9 % asociarse y para el 61,2 % la movilización
tampoco. Además, los hogares con mayores recursos y capacidades cuentan con
mejores apoyos institucionales. “Esta es la paradoja de la pobreza: cuánto más
pobre eres, menos atención mereces”
Clara Campoamor y
Victoria Kent, a pesar de no poder ser votadas por las mujeres, pudieron
presentarse a las elecciones de 1931 y poder luchar por el hito del sufragio
femenino desde el Parlamento, luchando, no sólo, a izquierda y derecha del arco
parlamentario, sino también contra toda la prensa del país, pero la firme
convicción de un derecho justo avalado por el artículo 36 de la Constitución de
la Segunda República: Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés
años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes. El
derecho a voto de la mujer, no ha sido ningún regalo, fue una lucha dura,
protagonizada por mujeres como Clara Campoamor y Victoria Kent, entre otras,
herederas del movimiento sufragista inglés a quienes las mujeres, y los hombres
también, de este país nunca podrán estar suficientemente agradecidas, pero cuya
historia ha sido silenciada una y otra vez por el discurso hegemónico heredado
de la transición. Es ahí la importancia de recordar que hubo una España democrática
previa a 1977, que fue destruida por un golpe de Estado, cruel y genocida que
la mantuvo silenciada durante cuarenta años.
Los economistas
neoliberales nos hablan de la libertad de mercado, de que el Estado no debe
estar presente en la economía y sin embargo, alientan las desgravaciones
fiscales a los fondos de pensiones privadas ¿No son competencia desleal y un
ataque a la libertad de mercado?
¿Por qué nunca hablan del rescate
bancario? ¿Por qué nunca hablan de los resultados de los fondos de pensiones
privados que gestionan? Estos desechos de las migajas que nos dan es lo que nos llevan a la pobreza. Por eso
los Ricos son cada día más…. Y lo trabajadores somos cada día más pobres. He aquí
el porqué de la Lucha de Clases.
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