domingo, 25 de noviembre de 2012

MUNDO EN CRISIS

Rafael Correa Presidente de Ecuador manifestó en la pasada Cumbre Hispanoamericana, para la Cadena SER “En un anterior de viaje a España, manifesté que era un gran injusticia la ley hipotecaria española, cuando regrese a Ecuador uno de mis asesores me comunico que nosotros teníamos la misma ley que los españoles. Inmediatamente nos pusimos al trabajo y se cambio la ley hipotecaria, hoy en ecuador existe la dación en pago y los alquileres sociales. Las leyes cuando se quedan obsoletas hay que cambiarlas”.
Correa ha catalogado la crisis económica en España como "el peor de los mundos" y advirtió de que miles de personas se han quedado sin un techo. En este sentido, apuntó que "si una familia no puede pagar un crédito, es problema para la familia, pero si un millón de familias no pueden pagar, el problema es para los bancos también". El presidente de Ecuador llamó a "rebelarse" a quienes sufren la crisis en España y otros países europeos, para recordar que es la ciudadanía "quien manda en la sociedad" y no "el capital financiero". Las familias Ecuatorianas que tienen problemas económicos en España se calcula que entre 8.000 y 15.000 ecuatorianos no pueden hacer frente a las hipotecas que contrataron. Quito confía en que parte de este colectivo pueda beneficiarse de la ley promovida por el Gobierno de Mariano Rajoy y que contempla una moratoria en los pagos a las familias con menos recursos. A ellos se le dan una esperanza pero a otros colectivos no les representan nadie o sus gobiernos pasan de todos ellos.
En nombre de la madre patria que enseñaron a los latinos-americanos en sus escuelas donde desdibujaron las historias verdaderas y nobles de nuestros originarios  padres y madres, nuestros ancestros y que nos llenó de virreinatos. El Rey sin reino que se cae a cada rato ya sin equilibrio de eso que el llama España, que se desarma, que se rebela y que toma las calles y plazas para reclamar al mundo ante el castigo ignominioso del capitalismo que ahora exprime a su propio pueblo para seguirle explotando.
José María Domínguez