domingo, 25 de junio de 2017

Migajas





Los piojos, las liendres y las pulgas para los privilegiados señoritos y señoritas del PP son inherentes a los pobres, a los don nadie, a los que la diputada Andrea Fabra gritó su vomito de odio de clase con el famoso ¡Qué se jodan! celebrando otro nuevo atropello a sus derechos, a las millones de personas que han conducido a la pobreza extrema en el estado español con sus salvajes medidas neoliberales, con la vergonzosa aplicación de los criminales ajustes de entidades como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o la Troica. Cuando personajes de la política institucional del PP, hable de “plagas”, casi bíblicas, en un centro de personas sin hogar, donde es normal que quienes ingresan o acuden a comer o asearse por vivir en la calle puedan tener cualquiera de esos insectos encima, pero omita mencionar a las cientos de miles de familias que en cualquier  municipio sufren la verdadera plaga de un gobierno español sin escrúpulos, que no respeta derechos ancestrales, conseguidos a sangre y fuego en luchas históricas y que en pocos años han reducido a cenizas, privatizaciones, tramas mafiosas y otras juergas… tal como estamos viendo estos días una vez más, y ya son miles de veces, en los medios de comunicación.
El informe  económico estatal  demuestra, que crecimiento económico no es sinónimo de desarrollo social, ya que por sí solo “nunca ha evitado ni nunca evitará la pobreza”, y ha considerado que “cuando algunos políticos dicen que la mejor política social es el crecimiento económico no están diciendo la verdad. “No podemos decir que estamos en una situación donde el crecimiento económico ha llegado a las familias y, especialmente, no les ha llegado a las más pobres. Hemos empobrecido la pobreza“, ha recalcado el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora. A través de 17 indicadores se ha medido la denominada “red de seguridad” de los hogares, es decir, su capacidad para afrontar situaciones adversas futuras. Y la encuesta -realizada en el primer trimestre de este año a más de 1.300 hogares de las 17 comunidades autónomas- revela que ese colchón es peor ahora para la mitad de las familias (50,1 %), especialmente en lo que se refiere a la capacidad de ahorrar (el 60 % viven sin tener nada ahorrado o con un nivel tan pequeño que no podrían resistir más de uno o dos meses). Los hogares con mayor debilidad son los que tienen menores entre sus miembros (68 %), familias monoparentales (62 %) y las familias numerosas (81 %) y también aquellos en el que el principal sustentador es joven, tiene estudios secundarios o es extranjero. La desconfianza en la participación social y política es otro de los aspectos que también refleja la encuesta y son precisamente los sectores más vulnerables los que perciben en mayor medida que no es útil para mejorar sus condiciones de vida: para el 75 % votar no sirve, para el 56,9 % asociarse y para el 61,2 % la movilización tampoco. Además, los hogares con mayores recursos y capacidades cuentan con mejores apoyos institucionales. “Esta es la paradoja de la pobreza: cuánto más pobre eres, menos atención mereces”
Clara Campoamor y Victoria Kent, a pesar de no poder ser votadas por las mujeres, pudieron presentarse a las elecciones de 1931 y poder luchar por el hito del sufragio femenino desde el Parlamento, luchando, no sólo, a izquierda y derecha del arco parlamentario, sino también contra toda la prensa del país, pero la firme convicción de un derecho justo avalado por el artículo 36 de la Constitución de la Segunda República: Los ciudadanos de uno y otro sexo, mayores de veintitrés años, tendrán los mismos derechos electorales conforme determinen las leyes. El derecho a voto de la mujer, no ha sido ningún regalo, fue una lucha dura, protagonizada por mujeres como Clara Campoamor y Victoria Kent, entre otras, herederas del movimiento sufragista inglés a quienes las mujeres, y los hombres también, de este país nunca podrán estar suficientemente agradecidas, pero cuya historia ha sido silenciada una y otra vez por el discurso hegemónico heredado de la transición. Es ahí la importancia de recordar que hubo una España democrática previa a 1977, que fue destruida por un golpe de Estado, cruel y genocida que la mantuvo silenciada durante cuarenta años.
Los economistas neoliberales nos hablan de la libertad de mercado, de que el Estado no debe estar presente en la economía y sin embargo, alientan las desgravaciones fiscales a los fondos de pensiones privadas ¿No son competencia desleal y un ataque a la libertad de mercado? ¿Por qué nunca hablan del rescate bancario? ¿Por qué nunca hablan de los resultados de los fondos de pensiones privados que gestionan? Estos desechos de las migajas que nos dan  es lo que nos llevan a la pobreza. Por eso los Ricos son cada día más…. Y lo trabajadores somos cada día más pobres. He aquí el porqué de la Lucha de Clases.

viernes, 9 de junio de 2017

LABORISMO, CON CONDUCTOR SOCIALISTA

El Partido Laborista nunca ha sido un partido socialista, pero siempre ha tenido socialistas, y por primera vez están en el asiento del conductor. Esto se ha reflejado en el manifiesto-programa del partido de 2017. Con el título “For the Many, Not the Few” (Para la Mayoría, No la Minoría)*, representa el máximo logro del corbynismo  hasta la fecha y ofrece al pueblo británico la primera oportunidad en una generación de votar por políticas que significarían un cambio fundamental hacia la izquierda. El manifiesto tiene tres ejes fundamentales: nacionalizar las principales empresas de servicios públicos cuya privatización ha aumentado el coste de la vida; reformar las condiciones laborales, deteniendo el proceso de degradación en términos y condiciones; y construir una economía social en la que los elementos básicos necesarios para vivir una vida digna – desde la educación y la vivienda hasta la asistencia social y las ayudas sociales – mejoren y, en muchos casos, sean de libre acceso. Se propone revertir en propiedad pública no sólo el ferrocarril sino también el servicio postal, la energía y el suministro de agua. Aumentaría el salario mínimo a diez libras por hora, aboliría los contratos de cero horas, prohibiría las prácticas no remunerados, otorgaría a la gente autónoma los mismos derechos que a las personas empleadas y otorgaría a los sindicatos el derecho de acceder a los centros de trabajo. Bajo el gobierno laborista se construirían un millón de viviendas, la mitad de ellas de propiedad pública. Se introducirían controles de alquiler. Los gastos de matrícula de las universidades serían desechados, habría guardería gratis a partir los dos años, comedores escolares gratuitos durante la etapa de primaria y un servicio de educación nacional que invertiría 6 300 millones de libras en mejorar las escuelas. El Servicio Nacional de Salud sería renacionalizado, eliminando los servicios privatizados, y los hospitales ya no cobrarían por el aparcamiento de coches. Las personas mayores tendrían garantizada la pensión y se invertirían dos mil millones de libras en atención social. Se invertirían los recortes en bienestar.
Por tanto, a los gestores del capitalismo, y más a los propios capitalistas, les viene bien esto tipo de análisis, en los que constatan la muerte de la clase obrera, la defunción de las clases trabajadoras, pues ahuyentan toda tentación por parte de los oprimidos de asumir su propio proyecto de clase y cambiar el sistema. Recordemos una vez más lo que dijo hace poco uno de los grandes magnates del capitalismo: las clases existen y los ricos estamos ganando la batalla. Lo que nos oculta este maligno personaje es que la clase capitalista juega el torneo siempre en casa, las reglas del encuentro las legisla su clase y los árbitros los nombran ellos; si en algún lugar pierden. Se inventan una involución en el sistema democrático. Quizá sea el momento de recordar que el compromiso anticapitalista es siempre una lucha conjunta contra la opresión de clase, de género, de raza, religiosa, xenófoba y militarista, a la vez que el de proponer modelos de sociedades comunales,  donde las instituciones y los valores del amo no intervengan en el proceso de cambio.
La lucha de clases queda diluida por la guerra por la supervivencia de los asalariados en busca de los puestos de trabajo cada vez más escasos y de la competitividad que deriva de la falta de los mismos, generando por lo tanto más agresividad y violencia en la obtención, consolidación y ascensión del puesto de trabajo que demanda el asalariado. La clases y su lucha han desaparecido no tan sólo porque el asalariado explotado (obrero medio de base en su mayoría) no se identifica como tal, sino también porque la inmensa mayoría de la sociedad es asalariada con un mayor o menor grado de explotación en contra de una pequeña minoría que ostenta cada vez más poder político y económico. La lucha de clases debe transformarse en una oposición contra el Poder y todas sus manifestaciones para que el individuo y la sociedad puedan emanciparse. El día que el trabajad@r tome conciencia que no se trata solo de la lucha por la supervivencia, ese día no nos  hará falta para nada el capitalismo. Pues habrá triunfado la lucha de clases.  

viernes, 2 de junio de 2017

LA NOCIÖN DE IZQUIERDAS

La noción de izquierda se aproxima a la de progreso. Desde ese punto de vista bastante genérico, caben programas que en principio no son conflictivos teórica y políticamente, pero que estarían unidos –y efectivamente se unieron en ciertas ocasiones en la historia– por algún proyecto común contra determinado orden vigente. En el Chile de Allende, por ejemplo, el enemigo de Pinochet fue “la izquierda unida de socialistas, comunistas y otros progresistas –lo que la tradición europea (y también la chilena) conocía como ‘frente popular’. De esa manera, quedó legitimada la unificación política entre clases irreconciliablemente antagónicas. Los frentes populares son por excelencia los grandes ejemplos históricos de unidad de la izquierda con un proyecto de poder en común, en el cual se unen direcciones de fracciones de la clase trabajadora y de la burguesía
En ese tiempo el socialismo (antisocialista) cayó en Italia (su lugar fue ocupado por el PCI reconvertido) y Grecia (aquí este papel lo acabó ocupando Txipras)…En España, Francia (Hamon), Gran Bretaña (Corbyn) estos partidos se instalaron en la crisis. La militancia recobra la capacidad perdida y  opta  por líderes más a la izquierda. En Gran Bretaña la izquierda laborista, en Francia esta iniciativa estaba ya gastada por Jospin y en España aparece Pedro Sánchez es lo suficientemente lúcido parta saber que su única opción está fuera del aparato central. La batalla de Inglaterra es una cita decisiva,  en Francia no parece que se vaya a repetir el singular ciclo de caída-recuperación que se ha dado desde la Gran Guerra. En España la pregunta básica no es tanto que hará Pedro Sánchez, sino hacía donde oscilarán esas bases que han recuperado el pulso. No parece que exista margen para nuevas maniobras, como la que lideró el Rodríguez Zapatero de “No os fallaré”. La pendiente social y económica camina cada vez más contra el pueblo llano, contra la gente que recuerda el PSOE del abuelo. De un parte está esta base cuyas características son muy diversas, pero que se encuentra especialmente motivada. De otra la  parte del aparato que representa el propio Pedro, alguien que ha hecho una experiencia radical en el último tramo de su biografía. A partir de aquí no resulta para nada sencillo situar la rebelión que ha llevado a Pedro Sánchez a ganar a una jerarquía tan sólidamente establecida como la creada por Felipe-Guerra en el PSOE. Desde que puso los pies en el gobierno, este partido se había convertido en una maquinaria para neutralizar la militancia que creía en las reformas, en las mejoras graduales a favor de la mayoría trabajadora o sea, en lo que había sido el PSOE histórico y lo que prometía ser el que salió de Suresnes dejando de lado a los “profesionales del exilio” con Rodolfo Llopis. Es tiempo de cambios, es hora que los socialistas sean de verdad socialistas, no social-liberales como venía siendo hasta ahora, e hora de la esperanza y de la lucha de clases
A lo largo de la historia uno era lo que había sido su padre, la familia prácticamente siempre ha venido marcando las oportunidades de las que el individuo va a disponer en su vida. Como dato curioso, en España durante la Alta Edad Media había determinadas situaciones en las que los hijos heredaban las condenas o responsabilidades de sus padres, en relación con delitos graves como el de traición. De tal forma que el castigo no solo se aplicaba al padre sino también al hijo. Volviendo al ámbito de desarrollo, en las sociedades estamentales los hijos heredaban la posición de sus padres y con la llegada del capitalismo, aunque en menor medida, en parte esto ha seguido siendo así. O más bien seguía siendo así hasta que en las sociedades occidentales,  el capitalismo se decidió dar muerte al mundo del trabajo. ¿Para qué producir aquí cuando hay países sin ningún tipo de legislación laboral donde pagar a los trabajadores sueldos muchos más bajos? La jugada es maestra no lo voy a negar. La clase obrera ha desaparecido del relato colectivo, ante todo esto nos hace falta una izquierda coherente en la calle y en el parlamento y un partido socialista de acorde a lo que piensa el pueblo. Luchando codo con codo con sus afines aunque tengan diferentes siglas, la lucha de clases no ha muerto está más viva que nunca, aunque el capital nos quiera convencer de lo contrario. Esto es una noción de izquierdas.