sábado, 24 de febrero de 2018

CLASES PASIVAS, CLASES ACTIVAS

Mis adorados Ancianos,  os quiero, os admiro, os amo. Hoy siembran las calles españolas de furia y de baba y de gritos y de ese ‘after shave’ de garrafón que gastan, grito, aúllo y miro las imágenes y las disfruto como en una película épica. Las permanentes recias con que esas señoras se adornan la cabeza son esculturas heroicas. Señoras que según el sistema no contribuyeron, como mi abuela, porque solo dedicaron su vida laboral a cocinar gratis, a limpiar los altillos gratis, a fregar el suelo gratis, a lavar la ropa gratis, a planchar la ropa gratis, a cuidar gratis. Señoras que convirtieron el amor, esa materia no monetizable, en trabajo santo y gratuito. Señoras que realizaron toda su vida cálculos matemáticos complejos, operaciones económicas que deberían sonrojar a los economistas lechuguinos.
Aprended de esas señoras a las que habéis condenado mil veces a la precariedad o la ruina y que hoy se levantan con sus maridos para exigiros lo que les corresponde y lo que nos corresponde a todos. Aprended de esas señoras que han soportado la carga que les colgasteis cuando los bancos nos estafaron. Aprended de los ancianos, que han salvado la vida de millones de familias españolas contra viento y mareos. Vosotros, que presumís de cuadrar las cuentas del mismo país que expoliáis, aprended de esas jodidas señoras cómo sobrevivir a la austeridad. Ellos consiguieron salvar a sus familias con una pensión minúscula. Son ellos quienes deberían ocupar los ministerios de Economía y Hacienda. Como no voy a sentir admiración por estos ancianos, si dentro de nada  yo seré uno de ellos, si la vida lo permite, pero estos ancianos  son mejores que yo. Estos viejos conocieron la posguerra. Trabajaron duro mientras vuestros padres iban en pantuflas, convirtieron la ruina en prosperidad, lucharon a brazo  partido para que España tuviera pensiones dignas y seguridad social y prestación por desempleo. Vosotros os atribuís el mérito. Ellos son los autores. Millones de ancianos vivos y muertos, con su trabajo ciego y constante. Ahora queréis cargaros su obra. Hoy sois mis héroes nos estáis dando a todos una lección de lucha que no tiene paragón.
España tiene uno de los mayores porcentajes de la población laboral con inestabilidad, con temporalidad indeseada y con dificultad para encontrar empleo indefinido (principales componentes de la definición de precariedad) en la UE. Este porcentaje es incluso mayor entre las mujeres trabajadoras, y también es el país donde el porcentaje de trabajadores y trabajadores en precario ha crecido más durante el período 2010-2015 (conocido como la Gran Recesión). Que el elevadísimo nivel de desempleo (de nuevo, uno de los más altos de la UE) va acompañado con uno de los porcentajes mayores de horas extras. Los trabajadores y trabajadoras españoles son los que hacen más horas extras, lo que afecta a su vida personal (lo que el informe define como “equilibrio entre vida personal y laboral”) En realidad solo en Grecia los trabajador@s y están en peor situación que los españoles, es decir, tienen jornadas de trabajo que se alargan todavía más allá de las horas acordadas. Es también importante subrayar que las mujeres trabajadoras incluso trabajan más horas extras que los hombres trabajadores. En este punto cabe señalar el bien conocido hecho entre salubristas de que las mujeres españolas son de las que tienen mayores enfermedades relacionadas con el estrés en la Unión Europea debido a su enorme sobrecarga entre la familia y el trabajo. Somos también uno de los países con peores condiciones laborales (después de Hungría y Chipre), que alcanzan su cenit en sectores como la agricultura y la construcción. Está compuesto por tres sub-dimensiones: intensidad del trabajo; autonomía del trabajo; y factores de riesgo físicos. España se encuentra a la cola en prácticamente cada uno de estos sub indicadores.
 La respuesta a esta pregunta no es difícil. Naturalmente que no hay solo una causa. Hay muchas causas que, por regla general, aparecen en las páginas económicas de los mayores medios de comunicación, en las pocas veces que estos problemas son tratados por tales medios. Pero las causas más importantes (que son las causas políticas y la distribución de poder dentro del país) no aparecen casi nunca en dichos medios. Y ello no es por casualidad. Tales causas permanecen ocultadas y silenciadas en esos medios pues la mayoría de ellos están controlados por los mismos grupos empresariales que forman parte de las élites económicas y financieras, las cuales, a través de la enorme influencia que tienen sobre los aparatos del Estado y las instituciones mal llamadas representativas, imponen y fuerzan a la población políticas públicas que promueven sus intereses en contra de los derechos de los trabajadores. En otras palabras, la clase empresarial (lo que antes se llamaba la clase capitalista, término que ahora no se utiliza porque parece un término “anticuado”) tiene en España mucho, pero que mucho mayor poder político y mediático que la clase trabajadora.
En realidad, es un signo de una enorme hipocresía que a la vez que sacralizan la Constitución, presentándose como los grandes patriotas, hayan estado proponiendo y aplicando políticas públicas que han dañado enormemente a las clases populares de este país, que constituyen la mayoría de la nación y de la patria. Si el concepto de patria incluye (como debería incluir) a la población que vive en su territorio, entonces está claro que tales partidos están utilizando el sentimiento patriótico para movilizar a la población para fines distintos y contrarios a los que indican, ocultando que son las políticas públicas neoliberales las que están violando el artículo 35.1 de la Constitución y el bienestar de las clases populares, componente central de la nación y de la patria.
Debíamos de tomar ejemplo de las “Clases Pasivas”. Hoy más que nunca nos están dando una lección de lucha en la calle, convirtiéndose en activos luchadores. De estos adorables ancianos nos han dado una bofetada sin mano con todo el derecho del mundo, pues hemos dejado perder lo que tanta sangre costo. 

domingo, 11 de febrero de 2018

EL CANSANCIO DEL PUEBLO

El pueblo está cansado del desgobierno, está cansado de llevar la crisis a sus espaldas. Por eso ante cualquier fiesta ya sean carnavales o de otra índole salen a la calle a divertirse, de dejar al lado la austeridad que le quien imponer, este desgobierno que legisla para el  IBEX35, no para el pueblo, aplicándole a este la “Ley del embudo” , la parte ancha para ellos, la estrecha para el resto de los ciudadanos.
Quieren hacer desaparece las pensiones públicas, en base a las declaraciones del Presidente del Gobierno .Los planes de pensiones han dejado definitivamente de estar vinculados a la jubilación de su titular y han pasado a convertirse en un producto de ahorro a caballo entre los fondos de inversión y los plazos fijos, según las nuevas normas que establece el decreto aprobado este pasado  viernes por el Consejo de Ministros, el cual, al mismo tiempo, mantiene las ventajas fiscales para sus propietarios.
La medida tiene varios beneficiarios: los bancos, ya que se convierten en un producto financiero más atractivo (con la marca “pensiones”) y por lo tanto susceptible de ayudarles a captar más liquidez; los ahorradores, que ganan poder de decisión y margen de maniobra, y el propio Estado, que abre una eventual vía de aumento de la recaudación tributaria a medio plazo al tiempo que estimula su plan b ante el desmantelamiento del sistema público de pensiones
Estas medias impuestas  y propuestas por los economistas asesores del gobierno que son los mismos que prestan sus servicios al IBEX35 (Banca y Oligopolios que viven de los presupuestos generales del Estado) tiene como consecuencia recortes en los estamentos más débiles de nuestra sociedad y hunden el modelo productivo del país. Parece que a ellos no les importa ya que viven de los presupuestos generales de estado y de sus concesiones, sin ningún peligro de pérdidas ya que el estado se las cubre y sus impuestos sobre los beneficios son bajos o sencillamente ninguno. No hablar de aumentar los ingresos les permite reducir salario y cotizaciones o sencillamente reducir directamente las cotizaciones, en todo caso trabajo más barato.  Hablar de reducir el gasto sí que les interesa mayor parte del pastel de los presupuestos generales para sus negocios ligados al Estado.  En España nuestro sistema de pensiones se basa directamente en el fruto del trabajo, las cotizaciones, es decir el salario ya que estas cotizaciones son parte del coste laboral y por tanto parte del salario, lo que llamamos salario diferido.  Es así porque desde la dictadura los impuestos desde los beneficios empresariales casi no han existido, ha sido desde la nómina en donde efectivamente se han recaudado los impuestos para crear y mantener la Seguridad Social, así hemos tenido un sistema que ha dado hasta más 500 mil millones de superávit (la mitad del PIB actual).
En los países que se ha tomado el ajuste de las pensiones como un problema de ingresos y no de gasto, como muchos economistas de nuestro país apoyan, se están dando avances importantes para mantener los sistemas públicos de pensiones y el crecimiento y sostenimiento del sistema productivo, bajando horas de trabajo y disminución de la edad de jubilación. En España la Reforma Laboral ha sido el mecanismo completamente contrario reduciendo los salarios, aumentando la precariedad y reduciendo drásticamente el derecho de los trabajadores en el mercado del trabajo al reducir sus derechos sindicales y de defensa ante la patronal. En otros países europeos que se han enfrentado al problema sobre la base de los ingresos y no del gasto el resultado está siendo distinto. En España es necesario subir los salarios como mínimo a lo que propone la UE de 1.080€ por 14 pagas, como medida de sacar de la zona de exclusión a cientos de miles de familias.
Deberíamos, pues, tener esto presente y privilegiar la lucha contra el capitalismo a todas las otras luchas… Sobre todo ante aquellas que no lo cuestionan y merman esfuerzos para luchar por lo que es hoy esencial: asegurar la continuidad de la aventura humana. Y no solo por ser obvia la necesidad vital de preservar la vida en el planeta y quizás en el cosmos, sino también la de cambiar nuestro actual modo de vida, fundado en la competición de unos contra otros, desde que la ley del más fuerte instituyó el “derecho de propiedad” a partir de “lo tuyo y lo mío”. Ese egoísmo individualista, motor del capitalismo, que ha permitido la apropiación y concentración del capital y el poder en unas pocas manos, la instauración de la relaciones de explotación y que, además de generar una enorme desigualdad social.
Y por todo esto que esta ocurriendo en el Estado Español, el pueblo no solo está cansado, está agotado de llevar sobre sus espaldas el sostenimiento de este País.