martes, 18 de julio de 2017

NI OLVIDO, NI PERDÓN


El golpe de estado del 36, se dio contra la legitimidad de la República. Políticamente fue antidemocrático; jurídicamente anticonstitucional; socialmente conservador y tradicionalista; espiritualmente clerical; ideológicamente totalitario; económicamente capitalista; militarmente absolutista; y moralmente inhumano. El plan comprendía una acción de fuerza militar, desde diferentes puntos de España y África; una colaboración religiosa y una acción social, que debía poner en juego a la banca, la judicatura, la industria, y a grupos políticos de acción violenta.
Esta cuadrilla de forajidos militares fascistas que el 18 de julio se pusieron fuera de la legalidad republicana, que eran la punta de lanza de la oligarquía en una época de gran acentuación de la lucha de clases, con un fascismo emergente que las “democracias liberales” pensaban que podía hacerles el favor de acabar con la Unión Soviética, no lograron triunfar en todo el país. El golpe en parte fracasó, pero la decidida ayuda militar de Italia y Alemania a favor de Franco fue decisiva en la guerra. La República tuvo que defenderse. Al principio funcionó la ira popular, el odio de los secularmente desposeídos. Tener pinta de burgués no era conveniente, podía ser perjudicial para la salud. Al cabo de varios meses, cuando se constituyó un ejército regular de la República y se consolidaron sus estructuras políticas, las acciones descontroladas dejaron de ser tan habituales. En Madrid en el 36 se luchaba a cara de perro, enfrente de la República estaban gentes con mucha claridad de ideas y decisión en su manera de actuar. ¿Podía pedírsele a la República un comportamiento exquisito? La quinta columna en Madrid no era un mito. Existía. La República, incluso con los crímenes (no oculto las palabras) que cometió para defenderse, era un régimen que quería humanizar el país, abrió caminos a la mujer, instruyó a los niños de las aldeas más alejadas (creó 5.000 escuelas y la mitad del magisterio español fue depurado por los fascistas, en los pueblos conquistados el maestro solía ser una de las primeras víctimas), intentó la reforma agraria (combatida encarnizadamente por las derechas), en la búsqueda de un reparto más justo de la propiedad de la tierra. La violencia de la República fue justa y necesaria.
La sublevación comenzó en Melilla la tarde del 17 de julio y se extendió por el protectorado de África, que el 18 ya era territorio dominado por los militares sublevados. Los militares que se mantuvieron leales a la República, entre ellos un primo de Franco, el comandante Ricardo de la Puente Bahamonde, (esta ejecución cimentaría su liderazgo moral entre su tropa) fueron fusilados, como tantos otros posteriormente, ¡oh paradoja! por “rebelión militar”. El 27 de julio del 36 Franco declaró: “Salvaré a España del marxismo, cueste lo que cueste. No dudaré en matar a media España si es necesario para pacificarla”. Allen: “¿Cuánto tiempo va a continuar la masacre, ya que el golpe ha fracasado?”. Franco: “Yo continuaré avanzando sobre Madrid hasta que mis tropas hayan pacificado el país.” Allen: “¿Significa eso que tendrá usted que fusilar a media España?” Franco le contestó, sonriendo: “Escúcheme bien. Le repito que cueste lo que cueste.” (27 de julio de 1936, el periodista norteamericano Jay Allen entrevista a Franco en Tetuán). Mola, julio del 36: “Yo veo a mi padre en las filas contrarias y lo fusilo…Hay que sembrar el terror, hay que dejar sensación de dominio eliminando sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensan como nosotros”. Queipo de Llano: “Yo autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción entre vosotros.
Ninguno de los componentes de esta cuadrilla terrorista del 18 de julio, que mató y reprimió durante 40 años, cuadrilla  que tuvo siempre el mismo jefe, pero cuyos miembros se fueron renovando con el tiempo, fueron juzgados jamás.
La República fue destruida por un golpe militar. Cada grupo social y estamento rebelde defendían sus propios intereses. La aristocracia la conservación del rango y los privilegios; los capitalistas la libertad de explotación de los trabajadores y la defensa a ultranza de la propiedad; la iglesia la anulación de las disposiciones que habían mermado sus fueros; los terratenientes e industriales impedir la reforma agraria y la intervención obrera en las empresas; los militares, profesionales, burócratas y burgueses, la restauración de un orden rígido y autoritario que respetase las prebendas. Los vencedores establecieron una dictadura para perpetuar sus intereses y la mantuvieron mediante la represión y la violación de los derechos humanos. Fue la única dictadura, junto con la de Salazar en Portugal, que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial. Muertos Hitler y Mussolini, Franco siguió treinta años más. El lado más oscuro de esa guerra civil europea, de ese tiempo de odios, que acabó en 1945, tuvo todavía larga vida en España.
Hoy en el parlamento del Estado Español el gobierno del partido popular, se niega a condenar el franquismo, crímenes de Lesa humanidad y Genocidio. Luchadores por la libertad que representaba la República después de ser asesinados siguen hoy en día enterrados en los múltiples caminos de la extensa geografía de la “Piel de Toro”, 81 año después se niegan a condenar el golpe Fascista y no aplican la ley de MEMORIA HISTORICA. Este Gobierno del PP ha reducido a cero la dotación presupuestaria desde 2013 para aplicar la ley y apoya a las asociaciones de memoria histórica que buscan a sus familiares que se encuentran todavía en las cunetas y en fosas por toda España. Estos cachorros son los herederos directo del genocidio Franquista. NI OLVIDO NI PERDÓN PARA  TODA LA CANALLA FASCISTA.

sábado, 8 de julio de 2017

LOS SALARIOS BAJOS








Los salarios bajos, mientras los empresarios siguen obteniendo importantes ganancias sin hacer  una distribución de  la riqueza obtenida  entre sus propios trabajadores. Explotación desmedida y,  gula financiera y económica.  Los medios privados, algunos disfrazados de  medios que  representan a sectores de izquierda de la población,  siguen la  estela de  la impunidad  empresarial, empujando  a un sector de  la población  a la  “radicalización” que  luego muy bien se encargarán de criticar.  Ellos, ese  empresariado avaro, egoísta  e indiferente, alimentan el crecimiento de masas que apuestan por partidos que sean más coherentes entre  lo que dicen, lo que practican y  lo que hacen, aunque mientan. Es una ecuación sencilla, la desaforada avaricia de las empresas  produce malestar. Así  mismo llamar  radicales a partidos que tienen representación democrática en el parlamento, es  doblar las palabras, cambiar el sentido de las mismas y generar confusión. Ni siquiera son eufemismos. Es mentira. Otra cosa es que cambiemos el idioma  y  ampliemos  la  significación  de  la  palabra  “radical”.  Porque por “radical” entendemos  el terrorismo,  o actitudes  cercanas a  hechos violentos, trágicos, pero no se puede establecer por “radical” a partidos que representan a unos cuantos  millones de  personas. La pregunta es; ¿por qué esos  millones de personas se refugian en  esos partidos?  Y  la respuesta es sencilla,  porque los partidos tradicionales tienen  las manos sucias  de haber engañado  al pueblo, y además haber beneficiado a  los amiguetes, banca, Ibex35  y como broche de  oro, tienen  entre sus  filas, -a  los que  además defienden-,  personas que  se han enriquecido  usando  sus  puestos  de  funcionarios  para  mordidas  y  negocios familiares, aunque hay una esperanza que las bases de algunos partidos cambien las cabezas dirigentes y realmente vuelvan a ser de izquierdas. Bancos que compran otros bancos, en una desmedida ambición de crecimiento con la anuencia y el apoyo del estado,  generando el  descabello de los trabajadores futuros parados para mantener la mano de obra barata, y sin tomar  en cuenta que quizás hay ciudadanos que no quieren tener cuenta en determinados bancos  de los que  se han  sentido estafados. Pero  al ciudadano  no se  lo toma  en cuenta. Empresas  que  siguen teniendo  importantes  ganancias pero  que  siguen pagando salarios bajos a sus empleados, con la indulgencia del estado que nada hace  por ejercer alguna  presión para  dignificar el  salario de  la gente. Solo  livianos consejos que no sirven para nada.
Los clasistas menosprecian y tratan de humillar a cualquiera que desde los barrios populares alcance lugares que creen reservados a los de su estirpe por nacimiento y origen. Atacan de manera furibunda a cualquiera que se haya esforzado de verdad. El que ha tenido una vida fácil, acomodada, privilegiada, no soporta que un elemento extraño de la plebe alcance con muchos más sacrificios el mismo sitio que ellos ocupan por razón social. No toleran que alguien del estrato social más bajo y sin capital social ni económico cuestione su posición heredada y quite el lugar que algunos tienen asegurado vía sanguínea o dotada por un conocido del colegio de la “elite”. El dinero importa, pero no tanto como esa red social tejida a lo largo de la historia en la que unas pocas familias ocupan los lugares de preponderancia a costa de cortar el paso a los que valen mucho más pero no tienen amigos, conocidos o familia en los puestos de decisión. Los primeros artículos sobre el mileurismo probablemente fueron escritos por periodistas a los que les parecía inconcebible que alguien (¡quizá sus propios hijos!) cobrasen tan poco a pesar de todo su esfuerzo. A medida que el término se popularizó, muchos empezaron a admitir sin complejos que ellos también lo eran. El listón ha ido bajando tanto que, en algún momento de esta última década, aquello que parecía una lamentable excepción ha terminado convirtiéndose en deseable. No son ni una ni dos las veces que en los últimos años he oído hablar de una paga de 1.000 euros mensuales (¡brutos!) como “un buen sueldo”. Que el gobierno rescate a la banca, no pasa nada, pero que el salario mínimo suba a más de 1000€, sí que es un escándalo, para los bien pensantes clasistas, Nos quieren mantener con los salarios bajos, yo diría salarios de hambre, es la forma de mantener (para ellos) a un pueblo sumiso. Ya basta, es hora de salir de esta cueva donde nos tienen encerrados Es hora de reivindicar todos nuestros derechos que han sido arrebatados. Es hora de la LUCHA DE CLASE