viernes, 10 de mayo de 2019

¿LA SOLEDAD HEREDERA EL MAYO DEL 68 FRANCES?

La sociedad occidental presume de ser una sociedad avanzada, incluso se atreve a exportar su modelo de convivencia a otras sociedades con otros modelos sociales más humanos, donde las relaciones personales prevalecen a las relaciones económicas, a pesar de no poseer las herramientas para ampliar la conectividad entre todas las personas. No hace mucho que vivíamos en casas con las puertas abiertas donde los vecinos se conocían y los hijos se criaban entre todos, se sabían las necesidades de unos y otros y no dudaban en echarse una mano cuando era necesario. En la actualidad somos celosos de nuestra privacidad, intentamos no contar nuestros problemas y es más fácil saber dónde hemos ido de vacaciones siguiendo nuestras redes sociales que porque se lo digamos a las personas que viven cerca de nosotros. Esta es la sociedad que estamos construyendo, pequeñas islas individuales desde las que tendemos puentes ocasionalmente para cuestiones concretas. Cabría hacerse otra pregunta ¿vivimos mejor ahora que antes? Yo pienso que no. La sociedad en la que vivimos cada vez es más impersonal, a pesar de ser la sociedad que tiene más herramientas de interconexión entre los miembros de la misma. Las distintas redes sociales han hecho que podamos estar en contacto a lo largo y ancho del planeta, aun así, es asombrosa la soledad que padecen muchas personas en las sociedades avanzadas.
Mayo del 68 no tuvo herederos. El capitalismo y el Estado, en Francia como en otras partes, supieron ponerse al día y modernizarse lo suficiente como para que no los hubiera en lo sucesivo. Para muchos comentaristas esa sería su principal consecuencia. La modernización, sin embargo, sobrevino, primero, después de una pacificación que corrió a cargo de los sindicatos, los estalinistas oficiales y los grupúsculos, y segundo, tras el reflujo del movimiento, al evaporarse las perspectivas insurreccionales e imponerse en los cambios la óptica del poder. Los izquierdistas, tremendamente sectarios, mantuvieron durante un tiempo sus ambiciones dirigiste y su verborrea leninistoide, desmoralizando a la población descontenta con gran eficacia militante, para virar de golpe e integrarse en el aparato político tradicional o en las instituciones culturales y educativas vigentes (donde dije digo…) Desde allí, su contribución en ideas al reajuste de los credos y a la modernización de las costumbres fue sobresaliente. Personajes salidos de sus filas realizaron notables aportaciones a la filosofía irracional, a la sociología conciliadora, la animación cultural y el periodismo progre destinadas a neutralizar el pensamiento crítico revolucionario que podía desprenderse de Mayo. De esta manera, la generación integrada del 68 abría camino a la apología de lo existente en fase de rehabilitación. La corta primavera de la revolución dio paso a una década ominosa de petulantes modeneses y panegíricos rimbombantes del orden capitalista renovado.
El 68 español no gozó de la misma profundidad que el francés, puesto que quedó circunscrito en la universidad y su papel consistió en retrasar precisamente la modernización tecnocrática del sistema de enseñanza franquista, al tiempo que las costumbres se liberaban por sí mismas, no sin recibir un fuerte empujón por parte de la contracultura americana y el pop rock. En los años siguientes, la universidad se convirtió en un gueto izquierdista sin ninguna influencia; en cambio, una parte importante de los trabajadores se organizó autónomamente en asambleas. Algunas de las ideas subversivas del mayo francés tuvieron el camino expedito: autogestión generalizada, consejos obreros, ocupación, huelga salvaje, delegados revocables… Al no haber sindicatos, la dispersión del movimiento obrero asambleario fue difícil y requirió medidas policiales violentas, complementadas con las maniobras de los estalinistas y sus compañeros de viaje sumergidos en el sindicato vertical, principalmente izquierdistas. También fue la creación de un  marco político necesario para la modernización y el fortalecimiento del capitalismo hispano. Buena parte de la generación integrada del 68 peninsular fue responsable del pacto de silencio con el franquismo reformador y de la amnistía de todos los crímenes de la dictadura.
Del aquel mayo del siglo pasado cantado y aplaudido   por los “libres pensadores” de una época, se apropió el capitalismo de su semilla, para vender falsa esperanzas refugiadas en  el poder del dinero que lo único que consigue es ahondad en la soledad de las personas