domingo, 24 de junio de 2018

“CIUDADANOS POR SUBDITOS”


España se encuentra hoy en una situación más frágil que antes de la crisis. Nada de lo que nos llevó a esa fragilidad se ha modificado, al contrario, se ha intensificado y se ha perdido la oportunidad de la coyuntura internacional para operar los cambios necesarios en nuestro modelo productivo. España ha desaprovechado el crecimiento motivado por el bajo precio del petróleo y las políticas del BCE, perdiendo una década que posiblemente nos costará otra más. El mundo sigue inundado de deuda, nunca antes tanto como ahora, y el peligro de un colapso financiero sigue latente en una coyuntura en la que el capital mantiene intacta su crisis de acumulación que intenta resolver y desplazar, de nuevo, por la vía de la financiación Hoy España está más endeudada, ingresa menos y las familias tienen menos capacidad de ahorro que antes de la crisis: en 2017 los créditos al consumo demandados en España –con altas tasas de interés- duplicaron la media de la zona euro.
También argumentan que el problema reside en la debilidad del carácter que tienen los parados y trabajadores, de ahí que “salir de la zona de confort” se convierta en la palanca ideológica con la que trasladar el riesgo estructural a la falta de actitud individual. Una idea muy extendida entre los patronos y los intelectuales liberales del siglo XIX. Sin embargo, el problema no se ubica en la dejadez y falta de activación de las personas desempleadas, toda vez que según datos del INE, el 93% de las empresas declaran no contratar a nadie “porque no les hace falta”; una percepción que respaldan los datos ofrecidos por Eurostat, cuando coloca a España en la cola de la vacantes de empleos no cubiertas y entre los países con los costes laborales más bajos. Tampoco es cierta la máxima donde se afirma que “la mejor política es crear empleo”, -España se encuentra por debajo de la media de la UE-, ya que de ser así, Rumania, que es líder en creación de “empleo”, sería quien disfruta de mejores políticas sociales. Según la Comisión Europea, casi la mitad de la población europea no cuenta con las capacidades digitales básicas para afrontar las transformaciones venideras y en el caso de Rumania esta cifra se eleva al 70% de la población.
La clave para desencallar esta situación se encuentra en el mercado de trabajo. Desde esta perspectiva, la precariedad se explica por el exceso de derechos que tienen los trabajadores indefinidos frente a los temporales y las dificultades que encuentran los inversores en las rigideces salariales; así pues, se debe igualar a la baja en derechos y democratizar la precariedad. Tras años de reformas laborales en esa dirección, los contratos temporales son cada vez más temporales (el 43% no supera el mes, el 28% no supera la semana) y solo un 8% se convierte en indefinido, pero el 40% de los contratos indefinidos no supera el año. La precariedad no es un bache a corregir.
El 10% de la población con más riqueza pasó de acumular un 44% de la riqueza en 2008 al 53% en 2014, mientras los salarios de los más pobres cayeron un 30%. Los pobres más pobres y los ricos más ricos; hay que invertir ese proceso y garantizar derechos de existencia, es decir, avanzar hacia derechos incondicionales por el simple hecho de existir. No hay otra alternativa si queremos tener futuro distinto al paro crónico, la exclusión, la falta de reconocimiento y el sentido de inutilidad. Hay que derogar la reforma laboral y exigir la implantación de la RENTA BASICA. Y como estas medidas nos, nos las dejaran imponer nos encontramos qué:
Quieren sustituir  los  ciudadanos por súbditos. El poder quiere súbditos “profesionales”, de eso no hay duda; borregos que no piensen, que no alteren el funcionamiento de su democracia. Para eso la monarquía es la mejor expresión medieval de sociedad… NO HACE FALTA COMENTAR LO ACONTECIDO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS CON LA LEY “MORDAZA”: la ley de reforma laboral, las leyes de deshaucio, el encarcelamiento de políticos por llamar a votar, por poner urnas, por luchar por los derechos, por plantear la función de la monarquía e imponer la legalidad republicana como sinónimo de libertad. Como dijo Bertolt Brecht ‘A los hombres futuros’ en poesías escritas durante el exilio` Verdaderamente, vivo en tiempos sombríos.

sábado, 9 de junio de 2018

¿UN NUEVO SOCIALISMO O MÁS DE LO MISMO?


¿Acaba de ganar para su PSOE un millón de votos, o dos? ¿Cuántos le ha quitado a Podemos con el arma de feminización masiva en que ha convertido al Gobierno? Atención a las próximas encuestas. Además, frente al autoritarismo formalista en las maneras de Rajoy, casi ha parecido que hasta el periodismo participaba en esta selección de personal, consiguiendo incluso colocar a uno de los suyos. Sánchez puede aprobar una serie de medidas populares que le permitan ampliar su zona de confort entre el electorado. Temas como la derogación parcial de la Ley Mordaza; la revisión de los aspectos más lesivos de la reforma laboral del PP; la actualización de las pensiones con arreglo al IPC; la legalización de la eutanasia; mejoras en las políticas de igualdad y dependencia; y otros asuntos de semejante talante que no “cuesten dinero” permitirán a Sánchez aumentar su crédito entre la ciudadanía para mitigar envites desestabilizadores a corto plazo.
La agenda del olvido de actores políticos de izquierda (Unidos Podemos) y agentes sociales (CCOO y UGT), comprometidos con el “váyase señor Rajoy”. La centrales sindicales, que protagonizaron una huelga general contra la reforma del mercado de trabajo decretada por Zapatero (pactaron la de las pensiones) ya han insinuado que no piensan tomar medidas drásticas en ese terreno. Se contentaran con meros retoques sin sacar los pies del tiesto como manda el manual del consenso. En ese marco el papel más incómodo le corresponde al partido morado, el único en proclamar su apoyo incondicional a la moción de censura. Otra coincidencia con lo ocurrido en la Primera Transición. Donde el PCE sufrió una opa amistosa (fuego cruzado) del felipismo que derivaría en una decisiva migración de militantes, cuadros y votantes desde las filas del carrillismo hacia el emergente PSOE. Una espada de Damocles difícil de esquivar para Pablo Iglesias si la “era Sánchez” se afianza como Segunda Transición, dado que buena parte del capital político de Podemos proviene de socialistas desamparados. De activarse esa hipótesis, el pablismo se encontraría ante un dilema envenenado habida cuenta de su incondicionalidad de origen.
¿Qué puede ayudar esto a la clase trabajadora de este País? Cuando la realidad nos dice que la verdadera situación de urgencia la padecen las 12.000.000 de personas que viven en la pobreza o en su umbral, los millones de trabajadores y trabajadoras pobres que no llegan a fin de mes con salarios de miseria, la juventud condenada a emigrar y a ser sobreexplotada en el extranjero o los 64.000 nuevos parados de este pasado Abril y las mujeres doblemente oprimidas…
Hay un cuerpo político por encima de la gente con escaso interés real por distribuir el poder en la sociedad. Su interés está concentrado en capturar electoralmente a la ciudadanía En sentido contrario, el socialismo de hoy debe procurar la institucionalización de mecanismos de mediación entre sociedad y política, lo que pasa por crear amplios espacios de participación ciudadana. Facilitar esta participación en la formación de voluntades de gobierno, en lo local, en lo regional y en lo estatal. Justamente, la participación ciudadana es lo que hace que cada vez más la vida política refleje los intereses, proyectos y opciones de la ciudadanía, y no de los grupos instalados en su interior, como ahora sucede. Uno de los grandes retos del socialismo es el de la relación entre leyes y democracia. Esta última, es fuente de leyes que deben ser respetadas a fin de que la sociedad funcione de acuerdo con unas reglas de juego adoptadas. Pero el Estado de Derecho debe rendir cuentas al Estado Democrático, cuando las leyes vigentes no están preparadas para resolver conflictos. Es entonces cuando la democracia debe disponer los cambios legales que se necesiten para una vida en sociedad. El socialismo no debe caer en la trampa del liberalismo de atrincherar la realidad en una camisa de fuerza tejida por leyes inmutables. Para la derecha la prioridad es lograr la obediencia de la ciudadanía, pero para el socialismo debe ser lo contrario: debe impulsar una ciudadanía crítica, el socialismo debe ser hoy una fuerza social y política por democratizar la democracia. Una democracia de ventanas abiertas, que permita una buena ventilación en la sociedad, frente a la democracia delegativa, frente a la democracia minimalista o restrictiva, frente a la democracia únicamente procedimental (para elegir gobiernos).