Quisiera que la poesía se deslizara
por los recodos que cruzan verdes prados;
pero me salpica el niño ensangrentado
que se ahoga en la patera buscando el paraíso.
El gran filósofo "marrano" Spinoza nos decía que " no hay que reir ni llorar tan solo comprende"r. Comprender consiste en entender que el capitalismo ha entrado en una "estación terminal". Comprender es entender que desde la caída del stalinismo el capitalismo nos adentra a toda la civilización en la barbarie (como ya nos dijo León Trotsky en uno de sus mejores análisis, cuando dilucidaba sobre el futuro de la burocracia en la URSS.) El capitalismo se ha convertido en senil y decadente. Y en su camino de "privatizarlo" todo ha conseguido que comience a atisbarse una Fuerza de trabajo universal. Para llegar hasta ahí ha tenido que construir "muros de la vergüenza" bien sea en Palestina, en la frontera mexicana o en la Frontera Sur de Europa. Ceuta y Melilla son las puertas de Europa y, al mismo tiempo, la frontera llena de cuchillas, llenas de cárceles. Y si logran pasar, ahí está la Benemérita para "inmediatamente" y sin darles una toalla, llevarlos en fila de uno de vuelta a un par de kilómetros, donde se encuentra el reino alahuita de Marruecos.
Los derechos políticos han dejado de existir. Son sin papeles, son ilegales. Por consiguiente son infrahumanos. Por lo menos eso es lo que daba a entender el Ministro de "Orden Público" del reino de España, para explicar la actuación de la Benemérita.
He vuelto a leer un capítulo de un clásico de la economía [Paul M. Sweezy, Teoría del desarrollo capitalista] donde nos decía que "en la fase de prosperidad del ciclo económico, el empleo industrial aumenta a expensas del ejército de reserva; por otra parte, a la crisis y la depresión corresponde una contracción del Empleo Industrial mientras el ejército de reserva crece". Cuánta razón tenía.
El Reino de España, en los años del boom inmobiliario y con la caída del stalinismo en los países del Este, recibió a millones de inmigrantes que han desempeñado "mano de obra barata" y que permitió el crecimiento de la economía (de forma capitalista). Por otra parte, los campos de Andalucía y otras regiones se llenaron de inmigrantes africanos que malvivían y trabajaban en precario y sin condiciones mínimas. En ésto consistía nuestro capitalismo depredador y senil. Situaciones que llegaron a explotar como en el Ejido. Los capitalistas trataron a aquellos proletarios como semiesclavos.
Pero la crisis, y las política de austeridad implementadas por la UE y el FMI ha supuesto una devaluación interna impuesta. Los salarios en espacio de seis años han bajado casi un 20%: Las condiciones laborales con las dos Reformas (la de Zapatero y la del actual gobierno) se han convertido en condiciones que no envidian en nada a aquellas que describían Victor Hugo, o Charles Dikens.
La desregulación masiva del mercado de trabajo ha hecho que la mayoría de inmigrantes hayan vuelto a sus sitios de origen; mientras que para los nativos el trabajo se ha precarizado y ha comenzado ha constituirse el nuevo proletario de este siglo: el trabajador pobre que es aquél que, a pesar de tener dos o más puestos de trabajo, no llega a fin de mes.
Por último llega el chantaje máximo para el proletariado español: el rebaje de las condiciones sociales, la perdida de derechos. Y mientras tanto se criminaliza a ese proletariado del sur que está llamando a nuestras puertas. ante esto hay que levantar muros, poner cuchillas. Pero estos "bárbaros del siglo XXI", son nuestros hermanos proletarios que los precarios y trabajadores pobres de los países de occidente buscan los mismos derechos.
Cualquier fortaleza, cuando los cimientos no son sólidos puede venirse abajo. Y la fortaleza europea que se basa en la explotación de los trabajadores, de los seres humanos tiene los cimientos cada vez más débiles. Una fortaleza que está saliendo de la crisis con desigualdades impresionante y donde está habiendo unos vencidos que son los proletariados de los distinto países. Proletariados en el norte, proletariados en el sur. ¡Una misma clase y Una misma lucha!. Por eso hoy más que nunca:
¡PROLETARIADOS DEL MUNDO UNÍOS!
Javier Méndez- Vigo Hernández.
