domingo, 2 de diciembre de 2018

EN DEFENSA DE LOS "GILETS JAUNES"

[Eugène Varlin] Codenado a muerte de inmediato, fue obligado a subir la collumna de Montmartre,.., golpeado y humillado por una turba voluble, en lo que su biógrafo calificó como “el calvario de “Eugène Varlin”. Finalmente fue puesto contra una pared y fusilado. Tenía tan sólo treinta y dos años. Tuvieron que disparar dos veces para matarlo. Entre una y otra carga gritó, evidentemente sin arrepentirse, “Vive la Comune!”... Y fue en ese lugar, donde se construyó la Basílica del Sacré- Coeur” [David Harvey, Senderos del mundo]

¿Por qué la cita? Realmente es una elección a conciencia. París es una de las ciudades preferidas, cosmopolita, pero al mismo tiempo la cuna de los Derechos del Hombre, de aquellos derechos que conquistó una “burguesía revolucionaria”, pero adentrándome todavía más reivindico el jacobinismo, el ala izquierda de la revolución; aquellos que junto a Robespièrre defendían por encima de cualquier derecho el “derecho a la existencia”.
No pongo por encima de nada la “tranquilidad y el sosiego de la clase burguesa” ni la paz de su ciudad que comienza en los Campos Eliseos, prefiero pasear por la Sorbona y divisar la Plaza de Saint Michel, donde comenzó la liberación de Paris de las tropas nazis en 1945, o el Saint Michel del Mayo 68 donde la alianza entre estudiantes y obreros pidieron “lo imposible. Hay que abandonar la ciudad burguesa y adentrarnos en la periferia o en la banlieu. Pasearse por el París de La Commune y ver los lugares como el barrio de Montmatre- esa colina desde donde se divisa todo París- y recorrer dicho barrio. Entender la burguesía vencedora y represora de la Commune; una represión que fue a sangre y fuego fusilando a miles de obreros de la Commune. Y como colofón la construcción del Sacré- Coeur como expiación de los pecados de la turba, del populacho. Precisamente cuando uno se pasea por la Basílica uno puede llegar a la capilla de Jesús Obrero que se encuentra casi exactamente en el lugar donde transcurrió el “calvario de Eugène Varlin”. Es normal que el populacho baje a la ciudad burguesa (los Campos Eliseos) a recordar que existe, hacer visible su miseria allá donde las bacanales burguesas se desarrolla , en fin a perturbar esa paz que se cimenta en la explotación de una fuerza de trabajo tanto interna como externa.

Algo que a veces olvidamos es el hecho de que “la naturaleza aborrece el vacío”. Cuando el sindicalismo de clase no se da cuenta de la realidad o cuando abandona la misma por las migajas de los beneficios, ese vacío es ocupado por alguien que todos sabemos perfectamente quien es. La rabia y la espontaneidad al final puedede ser dirigida por los que no quieren llevar al movimiento al terreno del racismo y la xenofobia. Pero el movimiento es el movimiento de los precarios, de los excluidos de las grandes urbes. Los sindicatos de clases hasta hoy han preferido la negociación y el facto frente al hecho de “organizar” la cólera y la rabia.

Pero ¿quienes son los “chalecos amarillos”? Son un movimiento heterogéneo y por consiguiente interclasista. Si estudiaramos a los sociologos contemporáneos, como Sidney Tarrow o Charles Tilly nos daríamos cuentas de que ya no podemos entender nuestras sociedades partiendo del “conflicto clásico”. Hoy día en la “mundialización capitalista” la situación es bien distinta. El activismo es transnacional, pero puede partir de lo local- tal como pasó con el 15M. La política que nos imponen desde las instituciones tanto nacionales como transnacionales (FMI, BM, UE) conlleva a que no quede mas remedio que conquistar el espacio público de las calles. Los “chalecos amarillos” es la expresión de la rabia y de la cólera de los “miserables” expulsados de la urbe. El capitalismo vuelve a construir su espacio geográfico y expulsa de sus casas y palacios a los precarios y excluidos. Por dicha situación este movimiento es interclasista compuesto por los trabajadores precarios y por clases populares expulsados a la periferia por la subida de la burbuja inmobiliaria

Algún reformista o social- liberal podrá hacerse la siguiente pregunta: ¿sólo por la gasolina? Pero qué existe detrás de la gasolina. En primer lugar “el abandono por parte del Estado de una política de defensa de los servicios públicos”. A la vez el abandono de una fiscalidad progresiva, que supone el incremento de los impuestos indirectos frente a los directo, con lo que se grava realmente a las clases populares. Hoy día el coche, para la inmensa población que vive en la periferia, no es un capricho de lujo. No, el coche es un instrumento de trabajo que necesitan para ir a trabajar, para llevar a sus hijos a la escuela, para visitar al médico etc.. La subida de los impuestos indirectos como la taxa del gasoil supone una merma en las condiciones sociales de amplias capas de la población, más si son trabajadores precarios. Si, ¡si hay que movilizarse por la gasolina! Al menos, mientras el Estado continúe defendiendo las privatizaciones de lo público y no haya una política clara de servicios públicos.

Lo que está en juego en esta movilización no es otra cosa que la vuelta a la realidad. Aquella que nos han impuesto desde las instituciones transnacionales (FMI, UE) y que tienen como eje la austeridad y los bajos salarios. Lo que nos están mostrando el movimiento de los “chalecos amarillos” no es más que la existencia de una crisis profunda del régimen que está deslegitimando al poder mismo del Estado. Pero al mismo tiempo este “populismo desde abajo” desprovisto de estructura sindical y política nos están señalando una “crisis del conjunto de las organizaciones sindicales

Quiere decir todo esto que es un movimiento dominado por el fascismo. No, ni mucho menos. El que defienda esto vive en un mundo platónico donde la realidad es subliminada. No olvidemos lo que ocurrió el 15M. Los dirigentes de los Partidos tradicionales también les acusaban de lo mismo; es verdad que allí como aquí pueden haber elementos del fascismo, pero el problema reside en que el “vacío” dejado por las organizaciones tradicionales es ocupado por alguien. Y nos encontramos en ese impasse en el que hay una lucha para ocuparlo.

Pero cuales son realmente las reivindicaciones de este movimiento, que no sólo se refieren a la gasolina. El movimiento ya ha enviado a los medias y a los diputado un comunicado con cuarenta reivindicaciones entre las que quisiera destacar las siguientes:
    • supresión de la subida de los carburantes
    • jubilación a los 60
    • restablecimiento del impuesto para las grandes fortunas
    • subida del Salario Mínimo (a 1300€)
    • recuperación de los Servicios Públicos
    • progresividad en el impuesto de la renta
    • favorecer los pequeños comercios
    • que Mac Donald's, Google, Amazon y Carrefour paguen más impuestos
    • Sistema de Seguridad Social para todos

Por lo visto reivindicaciones muy de derechas. En fin, lo que está ocurriendo es una revuelta popular contra la política neoliberal de Macron. Por eso, los parias, los miserables de la periferia y de la banlieu bajan todos los fines de semana a las puertas de la ciudad burguesa (los Campos Eliseos). Son los vándalos, como los llama algún reformista. Yo, personalmente, prefiero este vandalismo a la represión burguesa que no tiene límites y que últimamente ya utiliza hasta granadas. Ya habrá tiempo, de que los miserables o el “ángel caído” vuelva a ser expulsado de la casa burguesa y reine la paz de los cementerios.

Javier Méndez-Vigo

sábado, 1 de diciembre de 2018

DERECHA Y SOCIALDEMOCRACIA



Como es natural para cualquiera menos para Sr. Casado, cada una de estas personas que llegó a España lo hizo dejando atrás su sitio, sus amigos, su familia, pero no su vida y sus costumbres. Entre puesta y recogida de andamios, montaje y desmontaje de escenarios y barridos de la pista, te iban contando cosas de su país de origen. Enriquecía mucho. Como podrá imaginar cualquiera menos el Sr. Casado, muchos de ellos tenían una carrera –de las que apruebas madrugando y estudiando– pero en sus países las cosas estaban regular tirando a desastrosas. Como puede suponer cualquiera menos Casado, todas estas personas eran cívicas y honestas, a ninguno le dio por robar en el trabajo o la calle ni se le ocurrió presentarse ante quienes éramos sus compañeros como titulado en máster del universo por la universidad de Pernambuco, provincia de Arévaca. Como puede imaginar cualquiera menos Casado, todos sabían, porque habían recorrido mundo, que cuando llegas a un nuevo lugar también te enriqueces de él, también lo quieres como propio, sin que eso te obligue a renegar de tu origen. Como sabe cualquiera menos Casado, el cómo se deba comportar alguien, el cómo deba usar su libertad individual, lo marca la ley, nunca la opinión de un trilero de los buenos modales.
El problema es viejo: no son las palabras las que hacen las cosas. Lo que había de socialdemocracia en el felipismo se quedó en el camino cuando todo lo prometido en el programa fue invertido como sí se tratara de un guante. De una goma que se estira a conveniencia.  En el caso del historial del PSOE se puede hablar de un principio, del tiempo en que, siguiendo la tesis central Lampedusa en El Gatopardo, primero  fueron los leones.  En los años de formación hubo unos cuantos: Pablo Iglesias, Jaime Vera, Juan José Morato, Antonio García Quejido, Facundo Perezagua, Tomás Meabe, Virginia González, Evaristo Acevedo, Luis Llaneza, Belarmino Tomás, Wenceslao y Santiago Carrillo…Ellos sentaron las bases de un partido y de un sindicato (García Quejido en Barcelona). Dieron cuerpo a la mitad del movimiento obrero organizado, un objetivo ya de por sí extraordinario. En el después no es abusivo hablar de los gatopardos, de los hombres de la República a los que la historia les pasó por encima: Largo Caballero, Indalecio Prieto, Daniel Anguiano, Ramón Almoneda, González Peña, Juan Negrín, Luís Araquistáin, Jiménez de Asúa, Max Aub, Julián Besteiro, Fernando de los Ríos…Sí queda algo de socialdemocracia-socialdemocracia, como aquello del café-café que nos decía Manolo Sacristán, es lo que subsiste en unas bases cada vez más augustas, cada vez más alejadas de la juventud, entre aquellos que creen que lo menos malo posible que siendo la única opción viable porque más allá está la derecha furiosa, la misma que trata de extremista, de comunista, de radical cuando ellos están haciendo socialmente bueno el régimen de Franco. Cuando los empresarios y el Banco de España abogan por el esclavismo, aquel de la peonadas que todavía perfectamente visibles en los años sesenta. Cuando los trabajadores del campo se agrupaban en el “pollo” del pueblo a la espera del capataz que los contratara a su placer. Que no sabían sí lo iban a escoger al día siguiente. Necesitamos recuperar la socialdemocracia de los leones, aunque de momento ya nos valgan la de los gatopardos siempre que estos no acaben como las hienas. Tenemos que volver a Diógenes que se paseaba a luz del día por las calles de Atenas con una antorcha, y cuando le preguntaban sobre lo que estaba haciendo, respondía: “Busco un hombre”. II Internacional creada en el Primer Centenario (1889) de la Revolución francesa. La que instituyó el Primero de Mayo con un programa que resulta utópico: 8 horas de trabajo, 8 de sueño y 8 de ocio creador…La revolución de Octubre de 1917 la lideró el Partido socialdemócrata ruso.
Para la economía crítica es evidente que presionar a la baja los salarios no crea puestos de trabajo (este ha sido uno de los argumentos estrella de las denominadas políticas de austeridad). Resulta igualmente claro que disponer de un puesto de trabajo y la reducción de la tasa de desempleo oficial no implica un aumento de las retribuciones de los trabajadores ni la mejora de sus condiciones de vida. En el escenario que emerge de la crisis, la sobreexplotación de la fuerza de trabajo –a través de la represión salarial y de la aceleración de los ritmos laborales– se ha convertido en una pieza clave de la Europa realmente existente, del proceso de acumulación capitalista y de la propia supervivencia del sistema. Por eso hoy en día nos hace falta aquella socialdemocracia de los Iglesias, los Meabe, los Caballeros, Los Prietos y un largo etc… Que sea capaz de aunar inmigración con pueblo, cuando se huye del hambre y de la miseria no hay frontera y no nos vale el trajeado de turno con floritura en la boca, que para lo único que sirve es para contentar a la derecha más reaccionaria.