martes, 8 de mayo de 2018

POSTDEMOCRACIA Y CUESTIÓN CATALANA


“Lo que ocurra con la democracia en Cataluña tendrá enormes repercusiones en el resto del Estado”

Pasan ya más de dos meses desde las últimas elecciones al Parlamento de Cataluña. Elecciones que gana el C’s pero que no puede formar gobierno. Por su parte, los partidos nacionalistas consiguieron la mayoría a falta de la posible abstención de la CUP, con lo que conseguirían formar de nuevo un gobierno “independentista” ¿Dónde reside el problema por tanto? Por un lado, en el mantenimiento del 155 que permite al poder judicial mantener en “prisión preventiva” a los líderes del nacionalismo. Hecho que ha sido recriminado por la ONU. Y por otra parte, nos encontramos con el empecinamiento personal de Puigdemont que continúa queriendo ser investido Presidente desde el exilio. Pero tal egoísmo puede arrastrar a Cataluña a unas nuevas elecciones. Y mientras tanto, El Estado continúa aplicando una política represiva no dando soluciones políticas.

¿Qué es lo que está en juego? ¿De verdad no existe solución “política” al problema catalán? ¿A qué se debe este choque de trenes camino de un caos? O realmente lo que se quiere por parte del Estado y del españolismo es la derrota y sumisión de Cataluña. Desde nuestra perspectiva lo que hay en juego con el problema catalán no es otra cosa que la democracia, pero no me refiero a la democracia en Cataluña; sino que pienso que en Cataluña se está jugando la democracia en todo el Estado.

Ya desde hace tiempo nos encontramos, no sólo en España, adentrándonos en lo que los sociólogos denominan la postdemocracia. Postdemocracia significa vaciamiento de los contenidos democráticos. Para aplicar políticas austericidas no es necesario que exista la crítica, no son necesarios los partidos. Pero lo verdaderamente importante es la negación de los derechos. Hoy estas políticas (provengan de la Troika o del FMI) basadas en el bajo coste de salarios, en un mundo precarizado y una vida precarizada, basadas por consiguiente en el retroceso de los “derechos sociales”, para lo cual hay que desprestigian y a ser posible “ridiculizar/desligitimar” a los sindicatos de clase y conseguir individualizar las relaciones entre capital/trabajo. Lo cierto es que parece que les va bien y ha permitido una “redistribución neoliberal” de la riqueza, o como dice David Harvey, una “acumulación por desposesión

Cataluña está intervenida por el Estado. Se puede vender como se quiera, pero el 155 tal como ha sido aplicado por la burguesía y por sus representantes en Estado no es más que una Intervención en toda regla, pero además saltándose la democracia. El 155, según se dijo, se implementó sólo con un objetivo: el de convocar elecciones. El problema es que el resultado de dichas elecciones ha dejado el tablero de ajedrez de la política catalana igual que antes.

La sociedad catalana se ha polarizado y lo que surge con fuerza es una “derechización” con el auge del populismo de derechas y con la Sociedad Civil Catalana hegemonizando el españolismo. Pero lo que los medias no dicen y esconden es que la hegemonía de la política de dicha Sociedad Civil Catalana la dominan gente y organizaciones provenientes de la extrema derecha.

El problema Catalán ha puesto en crisis una “democracia parlamentaria” que se basa exclusivamente en la representatividad y a la vez ha puesto en crisis el modelo constitucional español. Aunque realmente la crisis viene de antes. Desde cuando el PP en la oposición tomó la calle en contra de una Estatuto aprobado mayoritariamente por el Parlamento Catalán y poco después (gracias a un gobierno socialista) por el Parlamento del Estado. Pero cuando el TC lo declaró anticonstitucional se cortó el hilo que unía al Estado con Cataluña. Durante estas dos legislaturas de gobiernos de derechas el PP se ha negado a hablar, dialogar o pactar con los gobiernos de Cataluña. Y el gobierno y el pueblo catalán ha buscado (pacíficamente) su camino. 

Pero es que, además, se quiera o no, dicho camino además de pacíficamente lo ha realizado democráticamente. Lo que sucede es que se ha movilizado al pueblo, se ha buscado una democracia participativa para dar efectividad a la etimología del término “democracia”.

Nos encontramos con una contradicción, por un lado,el parlamentarismo cuando deviene neoliberal y austericida no tiene más remedio que transformarse en autoritarismo y eso pasa por “negar derechos” sean sociales o sean referentes a la libertad de los pueblos. ¿Cómo lo hace? Con excusas. El Estado, sus representantes pueden sacarse de la manga leyes. La última, fue con la excusa del terrorismo yijadhista.se legisla una ley contra el mismo- La Ley Mordaza. Pero realmente dicha ley ha servido para reprimir al movimiento obrero y sus organizaciones, o para recortar derechos como la libertad de expresión.

Lo que está en crisis es la democracia en el Estado, lo que está en crisis es modelo constitucional. Ya no es posible continuar con el Estado de las Autonomía tal y como lo hemos conocido. Ya no es posible una representatividad pura y dura. El Problema Catalá demuestra que ya no es posible un tipo de democracia; hay que dar un salto cualitativo ya que la alternativa a dicho salto cualitativo es una postdemocracia autoritaria. Ya no estamos en el siglo XX, ya no existe el pacto de postguerra, por eso mismo las “decisiones colectivas” no pueden quedar fuera de la democracia (en el sentido primigenio de gobierno del pueblo), cosa que quiere evitar a toda costa un Estado cada vez más centralista. Por esto mismo termino este artículo como lo empecé: la democracia del Estado se está jugando en Cataluña.

Javier Méndez-Vigo (a publicar en lataberna.eu

domingo, 6 de mayo de 2018

HOY LO QUE HAY ES QUE ¡ANDAR!


Décadas de contrarrevolución y paz social han descuartizado al trabajad@r, potenciando los procesos y mecanismos de reproducción capitalista que velan la existencia misma de las clases sociales (sobre todo la del proletariado), desmembrando así la crítica unitaria desarrollada históricamente por esta clase social. La misma totalidad capitalista sobre la que se despliega la realidad que vivimos aparece fragmentada por una serie de ideologías que parcializan cada problema que este sistema genera, buscando una solución particular a cada uno de ellos. Como consecuencia, se alzan movimientos específicos que abordan esos problemas parciales y tratan de resolverlos. Pero no sólo no hay ninguna solución posible a cada problema tomado por separado, sino que además esa fragmentación altera al mismo tiempo el contenido real de esos problemas. Se constituye así la ideología de la opresión del hombre sobre la mujer, la opresión de la raza blanca sobre las demás razas, la destrucción de la naturaleza por el ser humano…, codificando la realidad bajo esos parámetros ideológicos. Al luchar a través de una categoría parcial, los distintos movimientos se sitúan en el plano de grupos específicos que compiten entre sí por un mayor reconocimiento de derechos por parte del Estado. La competencia entre mercancías se expresa políticamente como la competencia entre identidades separadas, todo en beneficio de las políticas “transversales” del valor y su gestión estatal. Se desplaza así la crítica unitaria del capitalismo, crítica que contiene en su seno la denuncia de cada aspecto, no como parcialidad, sino como expresión de una totalidad que determina cada parte y cuestiona el orden social que reproduce todos esos problemas.
El trabajad@r tiene enormes dificultades para actuar y reconocerse como clase. Su mismo ser, así como su rico proceso histórico de lucha y su programa, aparece totalmente negado en la historia, ya sea por deformación u ocultación de esa realidad histórica. La misma dinámica del capital y sus fuerzas ideológicas proyectan una actividad social en la que nuestra clase es negada como sujeto, reducido a lo que es en el proceso de producción y reproducción del capital, y a lo que se pretende que sea eternamente: simple objeto del capital; simple mercancía fuerza de trabajo, que puede usarse o desecharse según las necesidades de la producción; simple espectador del acaecer social. El desarrollo de esta sociedad va íntimamente ligado al desarrollo del individuo aislado. La sociedad mercantil generalizada excluye y disuelve toda comunidad que no sea la comunidad del dinero y desarrolla todo lo que potencia el aislamiento social. Todo lo que une lo une en tanto que separado, esa es la esencia de este mundo, y su modo de vida, la democracia. El efecto que esta realidad provoca en la comunidad humana, destruyendo su ser social, atomizándola en individuos aislados con intereses contrapuestos, es cada vez más terrible. El ciudadano es hoy el ejemplo luminoso de cómo el desarrollo mercantil y el individuo aislado se desarrollan de forma paralela. Este desarrollo no sólo niega brutalmente la comunidad humana, sino que plantea grandes obstáculos a la lucha contra el capitalismo, pues la afirmación de ese individuo va en dirección opuesta al desarrollo y la organización de la única comunidad que se contrapone al capital, la comunidad de lucha, que parte de un ser colectivo, de una clase social revolucionaria, Los trabajadores.
Lo urgente es andar, andar, echar a andar, romper el entumecimiento, reaprender el paso de la protesta activa, y, en ella, readquirir conciencia, método y programa. . La emoción es fuerza, furia, ímpetu de empuje, energía disparada. Ningún movimiento de real alcance histórico pudo ni puede tener lugar sin el concurso de la emoción; las ideas, en cambio, en sí demasiado estáticas y cerebrales, nunca han podido ni pueden, por sí solas, producir movimientos ni cambios generales de un alcance histórico determinado, y, si puede decirse que la acción sin pensamiento es ciega, no menos puede aseverarse con certeza que el pensamiento sin acción es vacío. Que el movimiento, ya despierto después del arranque, enseña por sí mismo, descubre, lleva al pensamiento o facilita su apertura. Descubre, así, la necesidad de la reflexión y la toma de contacto con discursos previos que movieron su energía en el estudio del ser humano y su medio, en el análisis de la marcha de la historia para extraer de él enseñanzas prácticas.