martes, 2 de julio de 2013

EFICIENCIA PUBLICA

En España, pues, no sobran sino que faltan funcionarios, al menos en comparación con nuestros países vecinos en donde las cosas funcionan mucho mejor. Y eso es el resultado, principalmente, de que nuestro Estado de bienestar está menos desarrollado porque el gasto social es aquí bastante más bajo que en la Europa de los 15 (aproximadamente el 72% de su media). En nuestro país el porcentaje de personas adultas que trabajaban para el sector público en 2008 era del 13% del total de la población activa, uno de los más bajos de la UE-15 (16%). En los países europeos cuyas economías son de las más competitivas y eficientes del mundo, según la OCDE, ese porcentaje era aún mayor: 26% en Dinamarca, 22% en Suecia o 19% en Finlandia. El número de empleados públicos en España es de unos de 3,1 millones y se calcula que el coste de sus nóminas es más o menos de unos 115.000 millones de euros anuales. No sobran funcionarios sino defraudadores que usan para encubrirse a los dirigentes de la patronal. Y dicho esto, no hay que olvidar que es imprescindible -como en cualquier otro ámbito que tenga que ver con la asignación de recursos- que la administración pública sea lo más útil y eficiente posible. El presidente de la patronal, Juan Rosell siempre arremete contra los funcionarios, un colectivo que paga escrupulosamente sus impuestos, presta servicios públicos imprescindibles a bajo coste (en relación precio/calidad) y contribuye a sostener el maltrecho consumo en la, a su vez, maltrecha economía española. Ningún otro país de la UE se encuentra en esta situación de robo generalizado y vergonzante por parte de las empresas. Por cierto, el Estado español es el que se gasta menos de la UE-15, el 0,06% del PIB, en recoger impuestos , cinco veces menos que Suecia (0,32%).
Esta actitud está dañando la calidad de vida de la mayoría de los españoles. Este latrocinio generalizado e impune de tantos empresarios nos aboca a que a mayor desigualdad, mayor criminalidad y mayor descohesión social. España, que es después de EEUU el país con mayores desigualdades de renta en la OCDE, es también el que se gasta más en policía y seguridad, siendo, después de EEUU, el país que tiene un porcentaje mayor de tal gasto (2,1% del PIB y EEUU 2,2%). En contraste, Noruega con un 0,9%; Suecia con un 1,3%; y Dinamarca con un 0,9%, son los países que tienen menos gasto en policía y seguridad, y tienen menos desigualdades. Obviamente, son las naciones con una función pública más robusta y dinámica. De hecho, según las declaraciones de la renta, los empresarios en España ingresan unos 6.000 euros/ año menos que sus asalariados. Los Técnicos del Ministerio de Hacienda  (Gestha) estima que la evasión fiscal de las grandes fortunas, corporaciones empresariales y grandes empresas alcanzó los 42.711 millones de euros en 2010 (Actualidad Gestha: El 72% del fraude fiscal lo hacen grandes empresas). O sea, el 37% de lo que cuestan los más de tres millones de empleados públicos españoles, y casi la mitad de los 92.000 millones de déficit público de ese ejercicio. En este país no sobran empleados públicos, sobran defraudadores, que se esconde tras su condición de falsos empresarios, pues un empresario crea empleo, estos nos lo destruyen para poder tener a su alcance mano de obra barata. España es uno de los países europeos que menos gasto público dedica a luchar contra el fraude y a obtener ingresos fiscales. Dicho de otra manera lo que nos sobran son los empresarios y su gobierno acolito, si no estuvieran “otro gallo nos cantaría”.


José María Domínguez

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