LATINO
AMERICA
Sociedades
como la mexicana, la colombiana y pueblos enteros del istmo
centroamericano se han convertido en campos de la muerte. Sólo en
México se han registrado más de 200 mil víctimas de la violencia
no política, en un corredor que arranca en Honduras y continúa al
otro lado de la frontera de Estados Unidos. Obama está invirtiendo
ese corredor con la expulsión de decenas de miles de niños y
adolescentes centroamericanos. Las profundas raíces de este tipo de
violencia social, no asociada a revoluciones, golpes militares y
guerra, formó subculturas y sedimentos conducta sociales en varios
países, tan intensos y estables, que alimentan una cinematografía,
un periodismo y un cancionero popular basados en la delincuencia.
Expresiones como el bolero, la salsa y el tango fueron superados como
relatos de culturas urbanas emergentes, de la misma manera que
acontecimientos políticos y la ilusión amorosa ya no son las
principales fuentes inspiradoras del cine, la televisión, el
periodismo y el cancionero urbano. Series televisadas norteamericanas
como ID, Escena del crimen, FX, o argentinas, como Calles violentas y
muchas otras en otros paísis, retratan una marcada tendencia a la
barbarie civilizatoria del capitalismo del siglo XXI. Esa es una
novedad cultural, reflejo de una decadencia civilizatoria en los
marcos del sistema del capital. Las generaciones moldeadas por la
televisión abierta o por el cable se acostumbraron al espanto humano
de noticieros basados en el saldo de muerte y heridos arrojados por
el raid delictivo del día. Como si la comlleja sociedad humana, sea
local, o a esacala internaciolnal, no produjera otros sucesos que
merezcan ser noticia o información perentoria. De hecho, durante las
últimas décadas, las guerras, las revoluciones y otros
acontecimientos políticos fueron desplazados de la imagen y el
relato del cine, la radio y de la televisión. Si no ha logrado
instalarse en la literatura, salvo en algunas novelas, es por la baja
densidad reproductiva que tiene el mundo editorial como segmento del
capital.
Esta
trama de operaciones de reproducción del capital contemporáneo
explica varios fenómenos de la delincuencia urbana, como el
crecimiento del femicidio y las violaciones, que según el Barómetro
de las Américas, se duplicaron en los últimos diez años. De
acuerdo con la Oficina de Naciones Unidas para el Desarrollo, Undoc,
citada en el informe estadístico usado para este trabajo, la tasa de
violaciones escaló al 16,4% sobre cada 100 mil habitantes, lo que
representa unas 87.589 mujeres abusadas, violadas con tendencia
creciente al asesinato. La misma fuente alerta sobre lo que sabe
cualquier vecino: “Es de señalar que habría tasas notablemente
más altas de violación...” Sólo algunas guerras, como la de
Serbia contra Sarajevo, muestran resultados similares. En algunos
países, la delincuencia se ha vuelto un recurso privilegiado de la
política. Donde hay gobiernos de izquierda o de los llamados
progresistas, la oposición más derechista se calla la boca cuando
la tasa de delincuencia es baja, como ocurre con Bolivia y Ecuador.
Cuba, con la más baja tasa de crímenes en la región, sólo seguida
por Chile, no ha recibido ninguna felicitación por ese récord.
También hacen lo contrario: convierten en escándalo diario de sus
noticieros cuando la tasa de homicidios tiende a crecer, como en los
casos de Argentina y Uruguay, o es alta, como en Brasil y Venezuela.
En
estos últimos casos usa su prensa para crear estados de sensación
de miedo y paranoia que superan la realidad. La televisión comercial
de Argentina se destaca por el uso del delito como arma de oposición
política y de creación de niveles de teleaudiencia que garanticen
una alta facturación. En ese punto compite con el sistema televisivo
de México. Es cierto que a los gobiernos les cuesta reconocer este drama, o peor,
lo ocultan irresponsablemente, suponiendo que la sociedad puede
convivir con la muerte, con la misma capacidad que soporta la
inflación o el caos del tránsito en las ciudades. La muerte es un
límite, la delincuencia es uno de sus principales vectores en el
continente . Para que esto cambie hay una solución y lo esta
poniendo en practica Evo Morales y su gobierno, que ha conseguido
erradicar el anafabetismo en su país.
José María Domínguez
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