miércoles, 7 de marzo de 2018

FEMINISMO, LUCHA DE CLASES Y SOCIALISMO



“A. Kolontai nunca fue a un Instituto, porque sus padres tenían miedo de que allí conociese las corrientes ideológicas revolucionarias a través de sus compañeros de estudios. Pero el ambiente de la ciudad no podía pasarle desapercibido, los grandes problemas sociales le eran conocidos desde su adolescencia. Como ella mismo dice: “Tempranamente adquirí clara consciencia de las injusticias sociales que imperaban en Rusia” [Yolanda Marco, Prólogo a Mujer y Lucha de Clases]

Aleksandra Kolontai fue una de aquellas mujeres que supieron conectar el feminismo con el marxismo y la lucha de clases. Una de aquellas tantas marxistas revolucionaria que “quisieron asaltar los cielos”, y que normalmente son olvidadas en los libros de textos escritos por un sistema educativo y patriarcal. Las mujeres brillan por su ausencia – y con esto se quiere continuar conculcando unos roles tradicionales; por eso cuando aparecen textos clásicos de la lucha es preciso enmarcarlo. Y más cuando la primera Revolución Obrera triunfante consiguió cambiar el mundo. Se acaban de cumplir 100 años de aquella Revolución y por fin comienzan a aparecer obras que nos dan una nueva perspectiva (por supuesto fuera de la “miseria” del panorama español). Hoy sólo quisiera citar la impresionante obra de un historiador marxista francés: Jean-Jacques Marie, Les Femmes dans la Révolution Russe.

Pero volvamos al texto que nos ocupa. Un pequeño libro publicado por la Fundación Federico Engels compuesto por cuatro artículos, entre ellos una autobiografía de la misma Kolontai (dirigente bolchevique y que ocupó cargos en el gobierno de la URSS hasta su muerte). Pero no quiero dejar de decir que esta dirigente siguió un camino que le enfrentó no solo a Lenin (hay que recordar que fue una de las dirigente de la Oposición Obrera) y a Trotsky. Pero a pesar de todas estas cuestiones nunca dejó de defender la postura de un  “feminismo marxista” Así lo expresaría en diverso momentos entre los que cabe destacar el siguiente:
En el VIII Congreso de los Soviets (1918) presenté, como miembro del Comité Ejecutivo (en ese momento ya había más mujeres en él) una moción que pedía que los soviets contribuyeran en todos los sectores a considerar la igualdad de derechos de la mujer y, por consiguiente, a ocuparla en trabajos del Estado y de la comunidad. No sin oposición logré presentar esta moción que después fue aceptada. Esto significó una gran y permanente victoria

Por otra parte, como bien dice Bárbara Areal(Apéndice), Kolontai tenía claro el eslabon indisoluble de la lucha de la mujer trabajadora (el feminismo) con el carácter de clase de su liberación. Por esto mismo en el artículo “El Día de la Mujer” nos dice que éste “es un eslabón en la larga y sólida cadena de la mujer en el movimiento obrero”.  Y más adelante continúa: “Así, como miembros del partido, las mujeres trabajadoras luchan por la causa común de la clase, mientras al mismo tiempo delinean y ponen en cuestión aquellas necesidades y demandas que les afectan más directamente como mujeres, amas de casa y madres. El partido apoya esas demandas y lucha por ellas… Estas necesidades de las mujeres trabajadoras son parte de la causa de los trabajadores como clase”. Hay que tener en cuenta que dicho artículo fue escrito en 1913.

Pero quizás el artículo que sobresale en este pequeño libro es el que abre el mismo. Lleva por título El Comunismo y la familia, escrito en 1918 con la Revolución triunfante y con el primer Gobierno Bolchevique. Al comienzo del mismo señala: “Toda la existencia de la familia proletaria se modifica y organiza en forma tan nueva, tan fuera de lo corriente, tan extraña, como nunca pudimos imaginar.
Y una de las cosas que mayor perplejidad produce en la mujer en estos momentos es la manera como se ha facilitado el divorcio en Rusia.
De hecho, en virtud del decreto del Comisariado del Pueblo del 18 de diciembre de 1917, el divorcio ha dejado de ser un lujo accesible sólo a los ricos; desde ahora en adelante, la mujer trabajadora no tendrá que esperar meses, e incluso hasta años, para que sea fallada su petición de separación matrimonial que le dé derecho a independizarse de un marido borracho o brutal, acostumbrado a golpearla. Desde ahora en adelante el divorcio se podrá obtener amigablemente dentro del período de una o dos semanas todo lo más”.

En dicho artículo A. Kolontai realiza un estudio de la familia a través de la historia centrándose en el capitalismo y en el “trabajo asalariado de la mujer” En el capitalismo la mujer termina por entrar en el mercado de trabajo, pero esto no le libra del otras tareas como el “trabajo doméstico”:  la mujer casada, la madre que es obrera, suda sangre para cumplir con tres tareas que pesan al mismo tiempo sobre ella: disponer de las horas necesarias para el trabajo, lo mismo que hace su marido, en alguna industria o establecimiento comercial; consagrarse después, lo mejor posible, a los quehaceres domésticos, y, por último, cuidar de sus hijos…
Por tanto, nos encontramos con que la mujer se agota como consecuencia de esta triple e insoportable carga, que con frecuencia expresa con gritos de dolor y hace asomar lágrimas a sus ojos”.

En resumen, este pequeño folleto nos adentra en aquella lucha de mujeres socialistas que en la primera década del siglo XX en un mundo convulso y lleno de Barbaria con la 1 Guerra Mundial intentó asaltar los cielos. Una historia que la educación clasista y machista nos borra de los textos educativos. La historia de aquellas mujeres que supieron construir un mundo mejor en un país invadido por 50 países que en ningún momento quiso perdonar a esta Revolución Obrera que triunfo…. Otra cosa sería la decadencia que supuso la casta burocrática que terminaría con toda la vieja guardia Bolchevique y convirtió la Revolución en un “espejismo”

Javier Méndez-Vigo (post a publicar en lataberna.eu)


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