domingo, 11 de marzo de 2018

MUJERES, HOMBRES Y VICEVERSA

La tarde noche del día 8 de marzo en Vinaros,  Las cruces en la playa me han puesto la "piel de gallina" Por todas estas mujeres asesinadas no puede haber ni olvido, ni perdón. Ningún ser humano puede ser propiedad de otro. Mujeres y hombres somos iguales.
Al igual que a mí me sostiene una columna, yo procuro ser la columna que sustenta los intereses, actividades, obligaciones de mi compañera, ya que de no ser así sería una situación completamente injusta que haría que todo lo que yo consiguiera no tuviera valor, ya que una pareja es cosa de dos, y la idea de que somos medias naranjas en busca de la otra mitad es completamente falsa. Somos personas completas desde que nacemos con nuestras virtudes y nuestros defectos y nuestra pareja debe conocerlos y comprenderlos y ponernos las pilas cuando es necesario y viceversa, si no es así, en mi opinión, la pareja es incompleta, serían dos personas donde una está subordinada a la otra, algo impropio de los tiempos que corren.
El patriarcado, aun siendo anterior al sistema capitalista, con unas raíces muy profundas en la cultura y tradición de las clases populares, ha entrelazado su existencia a las condiciones materiales que el desarrollo del capitalismo ha creado para ampliar la dominación y beneficios de la burguesía. Por eso es imposible alcanzar la igualdad de sexos y acabar con la construcción de género sin derrotar al sistema que sostiene la existencia del patriarcado. Por eso buscar la igualdad en el marco de la sociedad de clases existente, sin atacar la base económica ni señalar las diferencias de objetivos entre las mujeres de diferentes clases sociales, impedirá lograr una igualdad real
También creo necesario señalar las limitaciones que conlleva la idea del enfoque de una parte del movimiento feminista de una huelga sólo de mujeres en la que el conjunto de la clase trabajadora no es parte activa ni se implica en la construcción de la misma, en las tomas de decisiones. Pienso que  firmemente que la lucha contra la opresión de las mujeres debe ser una lucha que asuma el conjunto de la clase trabajadora así como sus organizaciones. Esta orientación parte de la premisa de que la opresión patriarcal es independiente a la dinámica de la lucha de clases, y que actúa de forma independiente al sistema capitalista. Esto significa obviar los intereses económicos que existieron, y existen, detrás de la mayor explotación de la mujer trabajadora por parte de los capitalistas, así como plantear que las mujeres son una masa homogénea sin intereses antagónicos entre la mujer trabajadora. Es por eso que desde la autocrítica y la asunción de lo que somos y de dónde venimos, hace falta que luchemos contra nosotros mismos. Sólo así nos podremos poner junto a nuestras compañeras en la lucha contra nuestra dominación. Es de esa manera como podremos dejar de ser “hombres” tal como hemos sido hasta ahora, renunciando a los privilegios que el patriarcado del que formamos parte nos ha vendido como “normalidad”.
La lucha continúa, no solo son l@s trabajadores, sino que también afectan a todos los pensionistas ya sea de uno o de otro sexo. Y ese movimiento que ha nacido en las calles, ya es un grito, un clamor asumido por el conjunto de la ciudadanía. Tocando también reivindicar a todos nuestros mayores, pues gracias a ellos somos lo que somos.
Entre las principales reivindicaciones del movimiento destacan la exigencia de revalorización de las pensiones según el IPC y la recuperación del poder adquisitivo perdido, denunciando la mísera subida del 0’25 que establece la reforma de las pensiones de Rajoy, y la exigencia de pensiones dignas con una pensión mínima de 1080 euros. También plantean la derogación  de la Ley de pensiones del PP, que están en la base de la caída presente y futura de las pensiones públicas.
Hoy hay que recordar cuál es, según fuentes oficiales, la situación de la mayoría de las pensiones actuales: el 46% de los pensionistas cobra menos de 736 euros al mes. Es decir, un total de 4,2 millones de jubilados perciben una pensión inferior al Salario Mínimo Interprofesional, situado en 735,89 euros al mes. Si tomamos como referencia 1000 euros son el 63,8%, 5,84 millones, casi dos tercios, los pensionistas que no alcanzan esa cifra.
En el Estado Español, ya nada volverá ser lo mismo ha nacido un movimiento imparable.

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