lunes, 10 de octubre de 2011

PER DE LOS JORNALEROS VISTO POR UN CATALAN DESPISTADO


Esto es lo que me lleva, no como andaluz, sino como ciudadano, a no consentirle a nadie ni de fuera ni de dentro de esta tierra (aunque los trapos sucios, que todos tenemos, se limpian en casa) a insultar, mentir y manipular datos contra este pueblo, el andaluz, para el beneficio de quienes tiran la piedra y esconden la mano. No es sólo cuestión de justicia por la más que evidente gloria que hemos procurado en la historia y en las letras a todos los pueblos de España. Es cuestión de justicia histórica para con todas las anónimas personas que aquí y fuera han luchado desde sus microhistorias, contribuyendo (dentro y fuera de Andalucía, especialmente en Cataluña) a que los actuales habitantes de estos territorios podamos dedicarnos a lo que nos dedicamos, formarnos como lo hacemos y tener la opción de poder incluso de tener este tipo de enfrentamientos dialécticos, del todo asimétricos (pues los ataques llegan sólo de un bando, desde el que representa un mínimo, pero significativo, sector catalán).Los prejuicios, pues, se ciernen sobre esta tierra, mi tierra de origen , aunque los datos objetivos son los que finalmente echan por tierra las ideas preconcebidas. En este sentido, observemos que Andalucía, Cataluña y Madrid tienen cifras demográficas similares (8,4; 7,5; y 6,5 millones, respectivamente). Andalucía es la comunidad autónoma de toda España con más universidades públicas (10), por delante de Cataluña (8) y de Madrid (7, en las que se incluye la UNED, con centros asociados y, por tanto, alumnos Andalucía, Cataluña y el resto de comunidades). Para ser Andalucía la tierra del atraso, el analfabetismo y la pobreza no está nada mal. Y, sobre todo, si te tiene en cuenta que Andalucía destina el 4,89% de su PIB a educación y Cataluña y Madrid el 3,09% y el 2,46% de los suyos, respectivamente.

La educación en Andalucia, no sólo recibe aquí más inversión que en el resto de comunidades respecto del PIB. La sanidad, también, recibe aquí una importante inyección, en pro de la universalidad que distingue a nuestro sistema sanitario, al que le acompaña la investigación al respecto. Así, Andalucía destina el 6% de su PIB regional a sanidad, mientras que comunidades bien prestigiadas por el prejuicio colectivo (en este caso positivo para ellas –y yo me alegro-) como Cataluña y Madrid sólo destinan en este sentido el 4,4% y el 3,5%, respectivamente. A esta persona que comulga con tal grado de intolerancia y xenofobia, no le gusta que desde cualquier comunidad del Estado Español se critique el cierre de centros de salud, asilos y recortes en educación efectuados por la derecha catalana y por la otra derecha, con la que comulga a la hora de descalificar a los otros y de recortar, pero que, por contra, ataca la catalanidad como tal.

A este “Sr,” le recordaria que no sea demagogo ni corto de memoria, ya que la burguesía catalana a la que representa pactó con los terratenientes el que Andalucía fuera una zona subdesarrollada, para proporcionarles materias primas (el 80% del algodón se cultiva en Andalucía y todas las empresas textiles están en Cataluña) y mano de obra barata, así 2.000.000 de andaluces tuvieron que emigrar a su tierra, ¿no tiene nada que decir de esa mano de obra? ¿También reciben el jornal en los bares de Cataluña?.En vez de criticar el P.E.R que suponen 7 euros al día, y que solo lo reciben 220.000 jornaleros/as de los 513.000 existentes ¿Por qué no critica que un 20% de propietarios (terratenientes) se lleven 5.200 millones de euros cada año de de la política agraria comunitaria (P.A.C el P.E.R de los ricos) a cambio de nada solo por tener tierras? Y encima le dan medallas como a la Duquesa de Alba. Si tanto le molesta el P.E.R de los jornaleros/as, ¿por qué no defiende la reforma agraria (un 2% de propietarios posee el 50% de toda la tierra de Andalucía) que supondría el fin de este subsidio?, pero me parece que Ud. le pasa como aquel ministro de agricultura que le regalaron una oveja y se llevo el perro pastor creyendo que era una de ella.




José María Domínguez



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