En
la batalla ideológica habrá que emplear una estrategia adecuada,
teniendo en cuenta la situación ideológica actual, el problema es
del pueblo y habrá que decirlo aun a riesgo de predicar en el
desierto. Lo cual no significa que no deban o puedan haber
liderazgos, vanguardias. Lo que significa es que el pueblo no se
puede acomodar, debe estar permanentemente alerta para que quienes
dirijan desde arriba la transición a un nuevo sistema sientan la
presión popular de manera continua. La iniciativa debemos tenerla
los de abajo.
es
necesario aglutinar a la mayoría social,, a las clases populares, a
la ciudadanía (no a las élites, obviamente, casi cualquiera
entiende eso), a las masas, o como demonios queramos decirlo
alrededor de un proyecto político que nos saque de la situación
actual que vive España. La palabra “democracia” no puede ser
demonizada por el sistema burgués, salvo si toma el camino del
fascismo, porque dicho sistema domina ideológicamente a la mayoría
aparentando ser democrático. ¡Pero es que la burguesía domina por
su poder económico!, esencial, de la “democracia” burguesa, a
saber, necesitar al mismo tiempo evitar la democracia auténtica y
aparentar serlo ya, debe ser explotada en la batalla ideológica por
quienes luchamos por un sistema mejor. Que
los trabajadores, al menos una gran parte, toman los medios de
producción, pero no el Estado. La burguesía, que controla el
Estado, es decir, el poder político, que controla las fuerzas de
seguridad (policías y ejército), los medios de comunicación, que
por algo se consideran el cuarto poder, la Justicia, etc., pero que,
de repente, pierde el control económico (al menos, en parte), no se
va a quedar de brazos cruzados, obviamente. Pero no hace falta
elucubrar sobre lo que podría ocurrir, basta recordar lo que pasó,
por poner unos pocos ejemplos, en la Comuna de París, o en la España
de 1873. No se puede construir el futuro sin tener en cuenta el
pasado. Como tomar el poder ya se resolvió a nivel teórico (y
práctico) hace ya cierto tiempo (el marxismo derrotó
ideológicamente al anarquismo en este asunto, no por simple
casualidad los intentos revolucionarios de inspiración anarquista
han sido anecdóticos, a escalas espacial y temporal muy pequeñas,
comparados con los de inspiración marxista):se necesita tomar el
control del Estado. Para hacer la revolución social, económica,
necesitamos primero, la revolución política. No por casualidad
planteó Marx el concepto de la dictadura del proletariado. Podemos
quedarnos a mitad de camino. La
socialdemocracia intentará que con unas pocas reformas (por
necesarias que sean) el pueblo se contente. La socialdemocracia ya ha
demostrado sobradamente que está para defender al capitalismo, que
es el lobo travestido de oveja. Soy consciente de la imperiosa
necesidad de superar el capitalismo, deberemos procurar seguir el
camino, acelerando la marcha siempre que sea posible. No podremos
dormirnos en los laureles.
José
María Domínguez
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