Un
viejo militante revolucionario se pregunta a gritos dónde están los
suyos, dónde las formaciones que predican un mundo mejor por más
justo e igualitario. Grita y sigue gritando, mientras las mujeres
pasan a su lado con desdén, mirando el contenido de las bolsas de
comida. “Antes, -me dice-, en este barrio, había un local donde
íbamos los comunistas, los anarquistas y gente revolucionaria, pero
la pasábamos discutiendo y lo que empezó siendo un espacio donde
más de cien personas nos encontrábamos, acabo cerrado. Mire a los
nazis, ahí van, en ese coche, están dando cosas a gente que lo
necesita y luego vendrán a recoger la cosecha, van a sacar miles de
votos agradecidos, Hay zonas que han
acondicionado tiendas para vender fruta, verdura y luego colocan a
personas desempleadas; funcionan como la mafia, los fascistas se
quedan con lo recaudado pero llevan un pedido de carnes y cosas de
limpieza a la casa del trabajador semicontratado en su local.
Es sabido que
el fascismo es el plan B del sistema capitalista, su cara menos
amable para que las clases dominantes no pierdan un ápice de poder.
Pero esa subida, a veces espectacular, de organizaciones homófobas,
racistas y virulentamente anticomunistas, tiene un primer y casi
único responsable: la izquierda. Si nosotros somos
los culpables, la administración más cercana al pueblo es el
municipio, estos “compañeros” que tienen responsabilidades
institucionales (concejales), no están para la defensa de aquellos
que les votaron, sistemáticamente están apoyando al partido que
gobierna, (salvo honrosas excepciones) están abandonando a su triste
suerte a los votantes de izquierda, que lo apoyaron en su día. No
se esta en el consistorio para reclamar los tributos a los menos
desfavorecidos de la sociedad, se esta para plantar cara y hacer
programas alternativos para poder erradicar el desempleo del
municipio aunque para ello se tenga que endeudar el ayuntamiento. Ya
que la administración de Justicia hace pagar, que los letrados del
municipio asesoren y defienda a los mas desfavorecidos y si tenemos
algún independiente enquistado por tiempo inmemorial como concejal.
Lo primero que tiene que hacer es afiliarse y lo segundo dimitir como
concejal, pues esta totalmente desvinculado con la realidad del
pueblo. Sobre todo con nuestros votantes de izquierdas. “compañeros”
dejen de aplicar políticas liberales y apliquen un programa de
izquierdas y socialista. No se extrañen si en las próximas
elecciones no nos votan y votan otras alternativas de izquierdas.
José
María Domínguez
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