martes, 22 de noviembre de 2011

EL OJO DEL HURACAN

El PSOE ha sufrido una derrota histórica Este domingo pagó la factura, sumándose a ese grupo de gobernantes europeos fulminados por la crisis. El PSOE tuvo el castigo merecido: una derrota histórica que les sitúa en la tesitura de tener que “refundarse”. Han perdido 4,3 millones de votos, el 40% de los que obtuvieron en 2008, sacando el peor resultado desde la Transición. Al PP cada escaño le ha salido por 58.230 votos, al PSOE por 63.399 y a IU por 152.801. Esto no tiene nada que ver con un sistema democrático de verdad y es un escándalo. Si se hubiera aplicado el principio democrático deuna persona un voto la composición del Parlamento sería muy diferente, comenzando por el PP, que no tendría ni de lejos mayoría absoluta, el hundimiento del PSOE sería aún mayor y otras fuerzas políticas subirían sustancialmente de escaños u obtendrían representación.
El estado español, es un estado plurinacional, y toda institución política que no refleje ese carácter, está viciada y no es representativa de lo que debe ser un proyecto verdaderamente democrático para tal estado. Si esa institución es además el Congreso de los Diputados, lugar desde el cual se han de aprobar las principales leyes que nos afectan al conjunto de los ciudadanos, explico esto a cuenta de las reacciones que se han sucedido desde el pasado domingo en relación a la reforma de la Ley electoral. Con la sana intención de acabar con las injusticias que a través de ella se dan con cada convocatoria electoral, una ola de centralismo reaccionario españolista. Hasta donde yo tengo recuerdo, el centralismo ha sido el proyecto histórico de la derecha españolista más reaccionaria, aquella misma que hablaba de España como una “unidad de destino en lo Universal”, o que durante la época de la mal llamada transición repetían una y otra vez aquello de la “España una, y no cincuenta y una”.
Las políticas de austeridad de gasto público, incluyendo el social, con debilitamiento de la protección social, no sólo son innecesarias, sino que son contraproducentes, llevando al país a la Gran Recesión. Prueba de ello es que todos los grandes recortes de derechos sociales y laborales que han ido aprobándose en las Cortes españolas (y que se defendieron con el argumento de que eran necesarios para calmar a los mercados financieros), han sido inútiles, para recuperar la confianza de tales mercados y evitar el deterioro de la economía. Ahora nos encontramos con dos problemas, uno cambiar el sitema de votaciones por otro proporcional y aunque haya ganado el PP las elecciones, la crisis financiera continua, el Estado Español se encuentra en el ojo del huracan.


José María Domínguez

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