lunes, 6 de junio de 2011

EL MOVIMIENTO 15M





La Huelga General de 29S dejó un regusto amargo, no ya porque fracasara o no, sino por la dejación de las burocracias de los dos sindicatos de clases (CCOO/UGT), que al día siguiente ya estaban negociando  la Reforma laboral. Una reforma que deja al movimiento obrero bajo las bridas del capitalismo senil español. Una reforma que profundiza la explotación del pueblo trabajador, que afianza el trabajo precario y la flexibilidad laboral. Reforma que unida a la Reforma de las pensiones dejó un panorama sombrío y al mismo tiempo un desánimo en la población.
            El gobierno de ZP acabó dando un giro de 180º e hincando las rodillas ante el FMI y  la UE, pasando de políticas socialdemócratas a las recetas neoliberales para aplicar una política de ajuste duro en lo fisca y en lo social. Ante esto el movimiento no podía quedarse quieto.

Indignación

            Es sintomático que un panfleto se convierta en un éxito y que llegue a tanta gente. Pero la consigna ¡Indignaos!, viene a decir muchas cosas. Hay una frase de dicho panfleto llama la atención:  yo les digo a los jóvenes: buscad un poco, encontraréis. La peor actitud es la indiferencia, decir “paso de todo”, ya me las apaño”. Si os comportáis así, perdéis uno de los componentes esenciales al hombre. Uno de los componentes indispensables: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue(Stéphane Hessel). Este halo de pesimismo y reformismo que recorre la cita ha calado. Pero el pesimismo no existe más que para los posibilistas y reformistas que no ven más allá de mañana.  ¿Fue indiferente esa juventud que en la Transición fue traicionada por el reformismo socialdemócrata y eurocomunista mediante la  austeridad”? ¿Fue indiferente la juventud que echó al cubo de la basura el Plan de Empleo Juvenil (PEJ) y triunfó en la Huelga General de 1988? ¿Fue indiferente la juventud que salió a la calle en el movimiento antiguerra durante el gobierno de Aznar y consiguió que ZP nos sacara de Irak? La juventud como el movimiento obrero es un  ángel caído” (W. Benjamín) que siempre se levanta, es el Espartaco dispuesto siempre a rebelarse recuperando la memoria...
            Por esto siempre se sorprenden los mismos. La simiente estaba echada desde hacía tiempo, tan solo necesitaba el grano que permitiera dar el  salto cualitativo. Una Juventud expulsada y excluida que como decían en las luchas de Francia del año pasado, contra la privatización de lo público “no querían vivir peor que sus padres”. La primera generación que desde la postguerra  “pierde derechos” en vez de ganarlos y que ya no son necesarios. Un cúmulo de causas que tenían que estallar en cualquier momento.
            Los jóvenes salieron en Grecia y tomaron las calles, salieron en Portugal en contra de las políticas de ajuste neoliberal. El mismo nombre de una de las plataformas dice bastante- Jóvenes sin futuro-. Sin casa,  sin curro, sin pension.

Rebelión

            Los Indignados  dieron un paso adelante. La sociología en boga en particular el pensador Habermas (uno de los más influyentes en el reformismo socialdemócrata) nos habla del espacio público y resumiendo introduce una teoría comunicativa que nos dice que para que algo tenga validez  “todos los afectados han de estar de acuerdo, y que dicho acuerdo se consigue mediante consenso”. Teoría que choca con la realidad y con la democracia representativa burguesa ya que dicha democracia se encuentra basada en la exclusión, en la no representatividad de determinados colectivos [los emigrantes que son parados de larga duración pueden perder sus derechos y ser expulsados, los colectivos de los “sin” trabajo, los  sin” techo, los “sin” pensión, etc.). Los sin se vuelven invisibles y dejan de existir. En la cadena de televisión de la Sexta había un anuncio que explicitaba bien lo que acabamos de explicitar: en una de las calles más céntricas de Madrid había un mendigo durmiendo en un banco, la gente procuraba no verlo, incluso se apartaba..., la siguiente imagen era un ejecutivo trajeado y con maletín que de pronto se desplomaba en el suelo, inmediatamente se llenaba el lugar de gente rodeando y ayudándolo. Lo que no se ve, lo invisible deja de existir. Así funciona este capitalismo senil y decadente.  Frente a esta expulsión masiva ¿qué hacer? Lo que han hecho los indignados.
            Como bien dice el filósofo francés Jacques Rancière en su libro La Mésentente : “La destination suprêmement politique de l'homme s'atteste par un indice: la possession du logos, c'est-à-dire de la parole, qui manifeste, alors que la voix indique simplement”. El 15M ha recuperado el logos, el logos del demos.
            El pueblo no se siente representado en una democracia donde se mercadea el producto para que alguien lo compre y luego durante cuatro años no se acuerda uno de las promesas. Nuestras democracias (representativas) se han convertido en un “mercadeo” de fariseos y vende patrias. El demos  es expulsado y  sólo le queda el grito.
            El demos necesita del agora donde la palabra deviene logos consensuado. El agora (la plaza) permite que el ciudadano sirva a la polis que es lo que significa el término de Política y que dignifica al ser humano. El 15M ha recuperado este sentido verdaderamente democrático del sentido de la política que olvida el burgués asentado en la defensa de sus intereses (el beneficio y la plusvalía) para lo cual necesita la exclusión y la explotación del demos. El 15M ha construido el espacio público oposicional completamente distinto a la sociedad burguesa y plenamente democrático.
            Ahora  sólo le queda construir el espacio político que no necesariamente ha de pasar por convertirse en un partido, ¡esto sería integrarse en el sistema! Pero sobre esto ya volveremos....

Javier Méndez-Vigo

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