martes, 7 de junio de 2011

TRAICIÓN

Tras meses de negociaciones casi secretas entre tales sindicatos y la patronal, de las que se han excluido completamente a otros representantes sindicales de cualquier otro sindicato que no fuese CCOO y UGT, era fácil preveer que nada de lo que el gobierno se atreva a sacar en su próximo decreto, será algo que no haya contado previamente con beneplácito de los sindicatos la patronal, en lo que se puede interpretar como el resultado de un "pacto social" en toda regla. as direcciones de CCOO y UGT con el servilismo habitual que les caracteriza a cambio de prebendas para su acomodado aparato burocrático, estaban dispuestas, como en el Pacto del Pensionazo, a aceptar nuevos y sustanciales recortes al derecho de negociación colectiva, la piedra angular imprescindible para aplicar la reforma laboral. Ni Toxo ni Méndez esta vez podrán firmar pero porque la patronal, que quiere más, no prestará su firma. Pero el gobierno se sentirá plenamente legitimado para legislar: al fin y al cabo impondrá por ley aquello que los sindicatos proponían. Es decir: acabar con la ultraactividad de los convenios, aceptar el laudo obligatorio, el descuelgue salarial de las empresas, la flexibilidad de condiciones de trabajo (modificación sustancial de las condiciones de trabajo)... En definitiva una agresión sin precedentes al derecho de negociación colectiva, semejante a la que ha supuesto el Pacto de Pensiones.

Si hay algo en lo que están de acuerdo los grandes partidos políticos, los grandes medios de comunicación y los empresarios es que según ellos no hay ninguna alternativa a los recortes sociales. Según ellos los recortes no sólo son necesarios, sino que son una condición imprescindible para salir de la crisis. El único debate que se dignan a tener es sobre cómo de grandes deben ser los recortes y hasta donde tienen que llegar. Pero todo esto no son nada más que excusas para hacer pagar a todos los y las trabajadoras por una crisis que no han provocado. “Nos tenemos que sacrificar” dicen, cuando en realidad lo que quieren decir es: “Os tenéis que sacrificar vosotros, para salvarnos nosotros”. No sólo esto, sino que esta idea de que los recortes son algo inevitable es totalmente falsa. En realidad hay dinero suficiente para no tener que hacer ningún tipo de recorte. Por otro lado, el repetido argumento de que gastamos demasiado y por encima de nuestras posibilidades es otra vez falso. Simplemente responde a los intereses de la clase dirigente. El gasto público social por habitante en el Estado español —pensiones, servicios públicos como sanidad educación, escuelas de infancia, etc.— es sólo el 74% del promedio de la UE-15 (el grupo de estados de la UE con un nivel parecido de desarrollo). Si el Estado español gastara lo que se gastan los estados de la UE-15, tendría que gastar precisamente 80.000 millones de euros más. Otro lugar de donde se podría sacar mucho dinero es subiendo los impuestos a los ricos, que a pesar de la crisis continúan teniendo beneficios multimillonarios y cuentas corrientes llenas de dinero. Las recientes palabras de Emilio Botín, presidente del Banco Santander donde decía: “somos claramente ganadores de la reciente crisis económica”, después de anunciar unos beneficios de 35.000 millones de euros en los últimos cuatro años, son un insulto a todos y todas las trabajadoras que están sufriendo los recortes. Y un llamamiento a hacer pagar a los que más tienen. Coger de los que más tienen para redistribuir la riqueza parece lo más racional en una situación como ésta. A pesar de eso, el Gobierno de CiU decidió que lo mejor era hacer lo contrario, suprimiendo el impuesto de sucesiones en muchos de sus tramos. Con esta medida, de nuevo el Gobierno de Mas se pone del lado de los más ricos. (miles de ciuddanos que votaron a CIU hoy se arrepienten, puesto que han perdido medidas sociales que tenia el tripartito). Una medida que se calcula supondrá que la Generalitat deje de ingresar 150 millones de euros. Todo este dinero se podría haber destinado a cualquiera de los servicios públicos que se están recortando ahora mismo. Es más, si en vez de reducir los impuestos a los ricos, éstos aumentaran, todavía habría más dinero para destinar a los servicios públicos, que a la vez serviría para crear más puestos de trabajo en el sector público. La realidad es que los recortes y las medidas de austeridad se han demostrado inútiles para resolver la crisis económica. A la hora de la verdad sólo han servido para convertir la deuda privada en pública y aumentar los beneficios de bancos y multinacionales. El Estado griego ha llevado a cabo fuertes recortes sociales y actualmente continúa sumido en una fuerte crisis, donde se duda si podrá pagar sus deudas. Portugal también lo ha probado y tuvo que pedir un préstamo de 80 billones de euros, lo que supondrá todavía más recortes. Irlanda también lo hizo y ahora está intentando re-negociar la deuda que tiene, de casi 80 billones de euros. Si a esto añaadimos la postura que han tomado las centrales sindicales, lo que al pueblo le queda es continuar con esta lucha pacifica que tan tomado las plazas de todo el Estado Español.



José María Domínguez

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